Una de las películas más desagradables, estúpidas y dolorosamente malas con la que he tenido la desgracia de toparme. Observo que el que escribe es el mismo que el que dirige. Mi curiosidad por descubrir cine es bastante vasta, pero creo que después de esto se me han quitado las ganas de visualizar algo que lleve el nombre de este tipo en algún lado. Nunca he sido un defensor de la censura, pero pienso que si le retiraran la licencia yo no me indignaría, pues opino que si a alguien que tras once años sin dirigir nada (y habiendo pasado penurias económicas) le llega una oportunidad y use 116 minutos de celuloide para hacer esto, pues difícilmente tendrá algo interesante que filmar a lo largo del resto de su vida.

Todos tenemos que comer, eso lo entendemos todos, pero uno no puede evitar sentirse profundamente decepcionado con las caras famosas que han arrastrado a uno a contemplar semejante bazofia.

Los influencers (lo son casi por sugestión, te terminas tragando cosas suyas aunque no quieras, salen en todas partes y te los meten hasta en la sopa) de este país deberían de tener un poco más de responsabilidad con los espectadores y tratar de evitar que estos tengan que verse expuestos a lidiar con mierdas de tamaño calibre. O si ya no es por eso, que sea por amor propio. Aunque entiendo que una vez habiéndose montado uno/a en el euro, es ya como una adicción, mientras que mantengas tu lugar y nadie te desplace todo parece valer (habrá ahí gente necesitada de verdad pero todos tampoco), sobre todo cuando eres consciente de que en realidad no vales tu cotización actual y que en cualquier momento se te puede acabar el chollo.

En verdad no sé qué es peor: o ya hay que tener mal gusto o que de verdad no te importe prostituirte (apuesto más por eso último, tonto ahí no hay nadie), pues el dinero nunca será suficiente y tengo que reconocer que me aterra pensar cuánto habrá podido costar eso, y lo que es aún peor, de dónde habrá salido el montante del presupuesto.