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Voto de El Extranjero :
10
8,1
79.027
Thriller. Drama
Las Vegas, 1973. Sam "Ace" Rothstein, un profesional de las apuestas, es el eficaz director de un importante casino que pertenece a un grupo de mafiosos. Su misión es controlar el funcionamiento del negocio y garantizar que la corriente de dinero que va a parar a manos de sus jefes siga fluyendo. Las Vegas es un lugar ideal para millonarios y políticos, pero es también lugar de paso de tahúres, prestamistas, traficantes de drogas y ... [+]
23 de abril de 2019
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Toda la crítica puede contener spoilers, si bien trato de no desvelar ningún giro explícito de la trama, sí que tiendo a hacer alusiones a detalles muy concretos que sí pueden resultar reveladores a alguien que no la haya visto.
Recuerdo que hará un par de años, estaba en una cervercería a las cuatro de la mañana con un par de amigos, y no sé cómo, el tema viró hacia el cine y nos pusimos a hablar de películas. Hasta que yo de repente dije: -Hay una peli que se llama 'Casino' y me encantó, ¿la habéis visto? -No, -dice uno,- ¿de qué va? Me hubiera querido desvivir en palabras para tratar de expresar con mi mejor talante la multitud de razones que puede haber para entregar tres horas al visionado de esta maravillosa película, pero la cantidad de cerveza ingerida empezaba a pasar factura y todo lo que me salió decir fue: -Pues va de un tío... que tiene un casino. Pero vamos, está muy bien, apresuré a añadir al ver la decepción en las caras de mis acompañantes, en evidente espera de alguna aportación más sustancial.
"El alcohol provoca el deseo, pero frustra la ejecución." William Shakespeare.
Y no tanto por querer hacer justicia sino debido al deseo de compartir las impresiones que me ha incitado el reciente revisionado de una obra que había visto hace cinco años, empezaré diciendo que me llama la atención el hecho de que estos mafiosos sean mostrados en muchos momentos de una forma hasta entrañable (SPOILER 1), en cualquier caso la narración resulta muy interesante de seguir, los diálogos son como latigazos y hay situaciones que no tienen mucha gracia de por sí, pero que tal y como están presentadas en la película, te ríes (SPOILER 2). Las interpretaciones son excelentes, es como si la cámara sacara lo mejor de cada uno para que todo quede perfecto. Un ejemplo, Don Rickles, la mano derecha de De Niro en el casino, está impresionante. Es un tío calvo con malas pulgas que hace un trabajo sucio dentro del casino, ¿pero habéis visto que estilo? ¡Qué maneras más amables de interceptar a un estafador, y sin que este sospeche de nada llevarlo hasta De Niro! O que bien queda en la celebración de la boda de De Niro, apareciendo siempre al lado y contribuyendo a la imagen de la felicidad de la ceremonia. Está siempre sin hacer mucho ruido pero supone el complemento perfecto de una escena (como el 'guapito de cara' que le ponen de repente de croupier a Santoro, sin ese tipo de personajes, puede que de escaso protagonismo, sí, pero sin los cuáles la película no sería lo mismo, y por tanto no de diez) y la gracia es que esta obra es la única reseñable en su carrera cinematográfica.
Muy interesante es la reflexión final, el canto a los viejos tiempos, cuando Sam reflexiona que cuando tenía el casino los croupiers sabía lo que tomaba cada jugador y eran atentos en el trato, divertidos, etc. Ahora en cambio parecían robots, entra un pez gordo en un casino y el botones de la puerta le pide el número de la seguridad social.
Sin embargo aparte de las virtudes mencionadas, sumándosele el vivaz montaje y la luminosa fotografía que absorbe al espectador, lo que me hace ver a esta película como obra más madura que la notable 'Goodfellas' es el destino que le guarda a los personajes forjados por la la ambición de ser y poseer, Nicky Santoro y Ginger, respectivamente (SPOILER 3)
Recuerdo que hará un par de años, estaba en una cervercería a las cuatro de la mañana con un par de amigos, y no sé cómo, el tema viró hacia el cine y nos pusimos a hablar de películas. Hasta que yo de repente dije: -Hay una peli que se llama 'Casino' y me encantó, ¿la habéis visto? -No, -dice uno,- ¿de qué va? Me hubiera querido desvivir en palabras para tratar de expresar con mi mejor talante la multitud de razones que puede haber para entregar tres horas al visionado de esta maravillosa película, pero la cantidad de cerveza ingerida empezaba a pasar factura y todo lo que me salió decir fue: -Pues va de un tío... que tiene un casino. Pero vamos, está muy bien, apresuré a añadir al ver la decepción en las caras de mis acompañantes, en evidente espera de alguna aportación más sustancial.
"El alcohol provoca el deseo, pero frustra la ejecución." William Shakespeare.
Y no tanto por querer hacer justicia sino debido al deseo de compartir las impresiones que me ha incitado el reciente revisionado de una obra que había visto hace cinco años, empezaré diciendo que me llama la atención el hecho de que estos mafiosos sean mostrados en muchos momentos de una forma hasta entrañable (SPOILER 1), en cualquier caso la narración resulta muy interesante de seguir, los diálogos son como latigazos y hay situaciones que no tienen mucha gracia de por sí, pero que tal y como están presentadas en la película, te ríes (SPOILER 2). Las interpretaciones son excelentes, es como si la cámara sacara lo mejor de cada uno para que todo quede perfecto. Un ejemplo, Don Rickles, la mano derecha de De Niro en el casino, está impresionante. Es un tío calvo con malas pulgas que hace un trabajo sucio dentro del casino, ¿pero habéis visto que estilo? ¡Qué maneras más amables de interceptar a un estafador, y sin que este sospeche de nada llevarlo hasta De Niro! O que bien queda en la celebración de la boda de De Niro, apareciendo siempre al lado y contribuyendo a la imagen de la felicidad de la ceremonia. Está siempre sin hacer mucho ruido pero supone el complemento perfecto de una escena (como el 'guapito de cara' que le ponen de repente de croupier a Santoro, sin ese tipo de personajes, puede que de escaso protagonismo, sí, pero sin los cuáles la película no sería lo mismo, y por tanto no de diez) y la gracia es que esta obra es la única reseñable en su carrera cinematográfica.
Muy interesante es la reflexión final, el canto a los viejos tiempos, cuando Sam reflexiona que cuando tenía el casino los croupiers sabía lo que tomaba cada jugador y eran atentos en el trato, divertidos, etc. Ahora en cambio parecían robots, entra un pez gordo en un casino y el botones de la puerta le pide el número de la seguridad social.
Sin embargo aparte de las virtudes mencionadas, sumándosele el vivaz montaje y la luminosa fotografía que absorbe al espectador, lo que me hace ver a esta película como obra más madura que la notable 'Goodfellas' es el destino que le guarda a los personajes forjados por la la ambición de ser y poseer, Nicky Santoro y Ginger, respectivamente (SPOILER 3)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
1. Cuando, por ejemplo, al final los malos jefazos mafiosos, esos abueletes tan amables, risueños y carismáticos, deciden como si nada, (de hecho lo dan a entender al suponer la alternativa escogida por descarte, volátil insinuación de una duda razonable) cargarse a todos los implicados en el negocio empezando la reunión diciendo como que son buenos chicos, listos, leales, no dirán nada, se borrarán del mapa... hasta que uno salta, ¿ya, pero y por qué no asegurarse? Y entonces se desata la ristra de ejecuciones, símbolo de caída final, el desenlace predilecto y obligado en el estilo scorsesiano. El supuesto contraste entre personalidad, forma de actuar y causa puede parecer no del todo coherente y hasta caricaturesco, pero termina quedando una narración justificada, crítica, reflexiva y amarga.
2. Como cuando Nicky Santoro la está liando en el casino, escena antológica. O cuando Sam, no cabe dentro de su indignación, al saltar 3 jackpots seguidos, recrimina al chaval y lo termina despidiendo. ("O eres tonto, o estás en el ajo, nos quieres joder a todos (...) Pero podías haberte dado cuenta después de la segunda vez, al menos.)
3. Nicky es un auténtico espectáculo (no me acuerdo quien ganó el Oscar ese año, pero yo se lo daba a Joe Pesci otra vez pero automaticamente; atención a cuando comparte escena con Stone, la primera vez que la consuela parece otro, ¡qué cambio!, tranquilo, incluso tierno, pero luego cuando empiezan un romance y la desquiciada por la droga Stone le pide que mate a Sam, la echa a patadas de su casa al alegato de que iba a matar a un tío que conocía de 35 años por una zorra alcohólica como ella. Si bien se insinúa que era él el que le puso la bomba al final a De Niro, pero en ese momento sí que demostró un honor en un principio no atribuible a alguien de su figura) pero su final supone la horma de su zapato (uno pensará que tanta brutalidad y regodeo era innecesario; si había que eliminarle porque se habían cansado de él, mejor rápido, que además era de la familia) pero yo creo que el director quería que el espectador viera como acaba un personaje tan cruel, haciendo un posible paralelismo con la vida real. ¡Y qué decir de Ginger! Alguien tan brillante por fuera, lujosa, guapa... pero podrida por su adicción al dinero, solo eso la obsesiona y la ansiedad de la posesión mirad como la deja. Como dijo Sam al final, con todo lo que se llevó, en dos meses cuando murió solo la quedaban 3.600$ en monedas nuevas. Un destino y sentencia despiadados. Sam por otra parte vio que era posible comprar todo menos amor. Puso todo lo que tuvo para que ella le amara, pero nunca lo consiguió. Que una película sobre el juego, además con esta factura tan brillante, ofrezca estas posibles lecturas suena hasta contradictorio y es por eso por lo que resulta tan impactante.
Una de las películas más perfectas que he visto en mi vida.
2. Como cuando Nicky Santoro la está liando en el casino, escena antológica. O cuando Sam, no cabe dentro de su indignación, al saltar 3 jackpots seguidos, recrimina al chaval y lo termina despidiendo. ("O eres tonto, o estás en el ajo, nos quieres joder a todos (...) Pero podías haberte dado cuenta después de la segunda vez, al menos.)
3. Nicky es un auténtico espectáculo (no me acuerdo quien ganó el Oscar ese año, pero yo se lo daba a Joe Pesci otra vez pero automaticamente; atención a cuando comparte escena con Stone, la primera vez que la consuela parece otro, ¡qué cambio!, tranquilo, incluso tierno, pero luego cuando empiezan un romance y la desquiciada por la droga Stone le pide que mate a Sam, la echa a patadas de su casa al alegato de que iba a matar a un tío que conocía de 35 años por una zorra alcohólica como ella. Si bien se insinúa que era él el que le puso la bomba al final a De Niro, pero en ese momento sí que demostró un honor en un principio no atribuible a alguien de su figura) pero su final supone la horma de su zapato (uno pensará que tanta brutalidad y regodeo era innecesario; si había que eliminarle porque se habían cansado de él, mejor rápido, que además era de la familia) pero yo creo que el director quería que el espectador viera como acaba un personaje tan cruel, haciendo un posible paralelismo con la vida real. ¡Y qué decir de Ginger! Alguien tan brillante por fuera, lujosa, guapa... pero podrida por su adicción al dinero, solo eso la obsesiona y la ansiedad de la posesión mirad como la deja. Como dijo Sam al final, con todo lo que se llevó, en dos meses cuando murió solo la quedaban 3.600$ en monedas nuevas. Un destino y sentencia despiadados. Sam por otra parte vio que era posible comprar todo menos amor. Puso todo lo que tuvo para que ella le amara, pero nunca lo consiguió. Que una película sobre el juego, además con esta factura tan brillante, ofrezca estas posibles lecturas suena hasta contradictorio y es por eso por lo que resulta tan impactante.
Una de las películas más perfectas que he visto en mi vida.