Uno se pensaba que se iba a encontrar diversión oligofrénica, un espectáculo de pirotecnia y fuegos artificiales al estilo del clímax de 'Carrie', y aunque algo de eso hay al principio, (buena secuencia la del puente, después hay unas cuantas otras escenas simpáticas con vistosos efectos de la época) enseguida se vuelve monótona y plomiza.

No hay demasiada sensación de peligro real porque todo es como muy tontorrón, la película se regodea excesivamente en la estupidez supina de los protagonistas, pero lo hace sin gracia, ofreciendo un encierro sin sentido de ritmo de unos seres humanos gritones y asesinables, que a merced del ingenio del guionista, se portan peor que los adolescentes de los slasher por los que tanto ponemos el grito en el cielo. Estévez no da la talla como personaje estrella y escenas de acción como tal tampoco hay muchas.

Me esperaba más la verdad. Es realmente aburrida.