Media votos
4,4
Votos
3.975
Críticas
1.566
Listas
5
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de El Extranjero :
10
8,6
45.419
Intriga. Drama
Leonard Vole (Tyrone Power), un hombre joven y atractivo, es acusado del asesinato de la señora French, una rica anciana con quien mantenía una relacion de carácter amistoso. El presunto móvil del crimen era la posibilidad de heredar los bienes de la difunta. A pesar de que las pruebas en su contra son demoledoras, Sir Wilfrid Roberts (Charles Laughton), un prestigioso abogado criminalista londinense, se hace cargo de su defensa. (FILMAFFINITY) [+]
23 de septiembre de 2020
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Llena de diálogos ocurrentes, se nos presenta al Sir Wilfred. Es un profesional que entregó su vida y puso todo su empeño en una labor que amaba. Ahora, por cuestiones de salud, muy a su pesar, se ve obligado a declinar la suculenta proposición de eso que tanto le estimula y placer y sentido de la vida le otorga.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Aún sin haber visto la película y sin siquiera saber la sinopsis, todos sabemos que aceptará. Porque es lo suyo, y este caso, a priori tan complejo, representa todo lo que durante su vida defendió, que no es otra cosa que la de poder, a través de su monumental oficio y experiencia, tratar de combatir, lo que a su modo de ver y el de la mayoría de las personas que son dotadas de una mínima noción del sentido común, supone la injusticia. Defiende el bien, siempre trata de dar lo mejor de sí mismo para que haya un poco más de bondad en esta vida, pero a su estilo, con un toque de amargo sarcasmo que solo aportan los años vividos, que muchos ni compartirán ni comprenderán, pero con un fondo bueno. Tenemos al acusado, a priori un infeliz que tiene las horas contadas. Tal y como nos son expuestos los hechos no resulta difícil empatizar con ese personaje. Más tarde entra en escena ella. Una presencia magnética, imponente, de esas en las que todo hombre con un mínimo de gusto se fijaría, independientemente de la edad que tenga. Pero su naturaleza es obviamente malvada, no podía ser de otra forma, algo de lo que el observador Sir Wilfred se percata enseguida. Y así tras unos interesantísimos noventa y cinco minutos se presenta el final. El era el malo, ella obviamente lo sabía e hizo todo el papel porque le amaba profundamente. La bondad del reputado abogado, para bien o para mal, se olía a kilómetros y ellos se aprovecharon. O mejor dicho él, porque la que tan mala y fría parecía se moría de adoración por aquel hombre pero él no la amaba. Y esta, víctima de tan profundo desengaño lo asesinó, previamente habiendo admitido al fiel y noble abogado que lo había engañado. En dicho momento el legendario abogado la odió, la puesta en escena y las interpretaciones son muy gráficas, pero al ver cómo se la llevaban detenida, en vez de retirarse y morir tranquilo como había perjurado, su primera reacción tras haber sido humillado fue una inmensa voluntad y determinación en empezar a preparar la defensa de esa persona que le había tomado el pelo y reído en su cara instantes antes. Me conmovió muchísimo esa escena. Una naturaleza bondadosa que lo es de verdad nunca pone condiciones y está dispuesta a ofrecerse incluso a sus verdugos, y si la vida se acaba, ¿qué modo mejor que acabarla que ejerciendo la dedicación que uno más ama, lo que le da sentido a su vida? Yo pienso que no existe otra forma más digna. Y la insoportable cuidadora de Sir Wilfred, que en el instante anterior al final, en un impagable, tierno y entrañable arrebato de sinceridad dice que ya sabía que lo que tomaba siempre a escondidas era coñac y no café. Casi se me saltan las lágrimas. Pocas veces la humanidad había sido reflejada de una forma tan sencilla e intensa en todo el cine que había visto hasta el día de hoy.