Y aún así adiviné la identidad del asesino en un momento anterior al que la película se mostraba dispuesta a revelarlo (insisto, no recordaba detalles de la vez primera que la vi). Pero eso no la hace peor. Menos aún si la ves por vez primera.

Hay una crítica negativa que señala como error clamoroso lo extraño que resulta el hecho que el antaño necrófilo Nolte se reciclase en un decidido inspector de policía. Muy de acuerdo, es una cagada significativa. ¿Pero que Nick Nolte está mal como ese asesino perturbado? Ni por asomo. Que recuerde, siempre he disfrutado con los trabajos del gran Nick, pero es que en este caso se sale. Aparte de la lograda dirección, que induce el efecto deseado, la inquietud, diría que las líneas de diálogo, muy en línea de las charlas psicológicas que se gastan los asesinos en serie en las películas, superan holgadamente la media. No son excesivas, sino las justas y necesarias para matizar y describir la naturaleza del autor de tan abominables praxis.

Muy recomendable, el entretenimiento está asegurado.