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Voto de El Extranjero :
6
6,8
28.693
Drama
Bud Fox (Charlie Sheen) es un joven y ambicioso corredor de bolsa que consiguió terminar sus estudios universitarios gracias a su esfuerzo y al de su padre (Martin Sheen), mécanico y jefe de sindicato. Su mayor deseo es trabajar con un hombre al que admira, Gordon Gekko (Michael Douglas), un individuo sin escrúpulos que se ha hecho a sí mismo y que en poco tiempo ha conseguido amasar una gran fortuna en el mundo de la bolsa. Gracias a ... [+]
17 de marzo de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Curiosamente es la primera película de finanzas en la que me pierdo y no me entero bien de los detalles y finalidades de las transacciones. En cambio, con la continuación sí que recuerdo haber disfrutado con los detalles de la dicha temática, una obra que también encuentro más interesante debido a la profundización que ejerce en sus personajes. Estamos al tanto de lo que sienten y ello da más juego a la película, un largometraje que desde luego que sugiere.
La original presenta unos personajes para mi gusto acartonados, su descripción no va más allá de una no muy inspirada caracterización de estereotipos. Micheal es el jefe y punto, dice algunas frases interesantes, pero en lineas generales su personaje no sobrecoge ya que a día de hoy se antoja obvio y transparente, no sé si en su día fuera igual pero hoy en día ya está muy visto. Ninguna peculiaridad, pocos matices más allá de lo imaginable y ausencia de poderío a la hora de presentar sus propiedades al espectador. Una película reciente, desconocida y mal considerada, también con Micheal, -'Un hombre solitario',- en mi opinión da bastantes vueltas en lo que al retrato de un personaje egocéntrico. Charlie Sheen tampoco me inspira, desde luego que mucho menos que el denigrado LaBeouf en la segunda. La escena en la que ambos se conocen la encuentro un tanto ridícula, de lo evidente y penosa que es la representación del peloteo de Sheen a Douglas para que lo acepte. Ahí el espectador no tiene nada interesante que observar o deducir, y ninguna lectura que poder interpretar. El que es uno de los momentos clave de la película es también uno de los más tópicos e insípidos, absolutamente carente de originalidad y de sustancia. La estética muy ochentera también resta, la odiosa música de fondo o banda sonora la encuentro detestable y le da un toque demasiado comercial. En general, todo parece estar muy medido, calculado, el diseño de la narración en este filme persigue ser demasiado correcto y ordenado, programado para que cada elemento haga de efecto mariposa para hacer relucir al siguiente. Una película sin demasiada alma, con poca intención o al menos no la suficiente que hubiera deseado encontrar, al igual que lo hice en otros filmes que abordan las peripecias de personajes corruptos y amorales.
No he dicho demasiadas cosas buenas acerca de ella, pero lo cierto es que a pesar de todo me ha resultado como bien la propia nota indica, interesante. Porque es cierto, que aunque sin brillar demasiado es una película que se sigue con ánimo. A pesar de que esté delante de uno de los trabajos de Micheal Douglas que menos me ha sugerido.
La original presenta unos personajes para mi gusto acartonados, su descripción no va más allá de una no muy inspirada caracterización de estereotipos. Micheal es el jefe y punto, dice algunas frases interesantes, pero en lineas generales su personaje no sobrecoge ya que a día de hoy se antoja obvio y transparente, no sé si en su día fuera igual pero hoy en día ya está muy visto. Ninguna peculiaridad, pocos matices más allá de lo imaginable y ausencia de poderío a la hora de presentar sus propiedades al espectador. Una película reciente, desconocida y mal considerada, también con Micheal, -'Un hombre solitario',- en mi opinión da bastantes vueltas en lo que al retrato de un personaje egocéntrico. Charlie Sheen tampoco me inspira, desde luego que mucho menos que el denigrado LaBeouf en la segunda. La escena en la que ambos se conocen la encuentro un tanto ridícula, de lo evidente y penosa que es la representación del peloteo de Sheen a Douglas para que lo acepte. Ahí el espectador no tiene nada interesante que observar o deducir, y ninguna lectura que poder interpretar. El que es uno de los momentos clave de la película es también uno de los más tópicos e insípidos, absolutamente carente de originalidad y de sustancia. La estética muy ochentera también resta, la odiosa música de fondo o banda sonora la encuentro detestable y le da un toque demasiado comercial. En general, todo parece estar muy medido, calculado, el diseño de la narración en este filme persigue ser demasiado correcto y ordenado, programado para que cada elemento haga de efecto mariposa para hacer relucir al siguiente. Una película sin demasiada alma, con poca intención o al menos no la suficiente que hubiera deseado encontrar, al igual que lo hice en otros filmes que abordan las peripecias de personajes corruptos y amorales.
No he dicho demasiadas cosas buenas acerca de ella, pero lo cierto es que a pesar de todo me ha resultado como bien la propia nota indica, interesante. Porque es cierto, que aunque sin brillar demasiado es una película que se sigue con ánimo. A pesar de que esté delante de uno de los trabajos de Micheal Douglas que menos me ha sugerido.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El momento que más me ha gustado de la película es cuando despiden al hombre de cincuenta años por no cubrir las cuotas de venta. El panorama está muy bien representado, al despedido se le enfoca de lejos (se le reserva un lugar al fondo de la secuencia) y se le ve sumamente triste, con la cabeza agachada. Después de toda su vida dedicada a ese trabajo le están diciendo que no sirve para nada. Tiempo desperdiciado. El plano secuencia se centra en dar el protagonismo a Sheen, que va prosperando. De camino a su despacho se cruza con otro empleado veterano, que le informa del infeliz acontecimiento del día en lo que este celebra su triunfo. "Estás en una buena racha, ¿eh?", le dice. "Aprovechala, duran poco", termina la frase y cierra la corta conversación de un modo premonitorio y tristemente acertado. Un presagio que más bien es una realidad matemática para las mentes atormentadas. ¿Cuando le dijo eso hablaría desde el saber de las cosas que le otorga su veteranía, -predicción puramente matemática, desprendida de la lógica,- o porque veía en el fondo tenía calada la auténtica naturaleza de Charlie, sabiendo que no tenía la madera necesaria para perpetuarse en el éxito de aquel mundo?