María es un personaje con muy baja tolerancia a la frustración y una de esas personas que ni come ni deja comer. Todo lo que hacen los demás le parece mal (primero se lo tendrían que haber consultado a ella, claro) y es una mujer irritante que se encuentra en un estado de continua frustración y caen mal.

Pero a decir verdad todos los personajes son repelentes por su forma de expresarse, de manera atropellada, mediante conversaciones banales, transmitiendo un interés simulado por lo que le cuenta el otro, tratando de resultar lo más molestos posibles para nuestra The Special One protagonista. ¿Pero cómo no se la puede querer? Con su variedad ilimitada de muecas y mohínes. Con esa forma de comunicarse alternando silencios, quejidos y falsa complacencia, siempre en busca de su propio provecho.

Cine minimalista insufrible, que refleja situaciones de la vida cotidiana creando confrontaciones de la nada, de manera muy forzada, que hace lo posible por agotar la paciencia y enervar a sus personajes, transmitiendo exactamente las mismas sensaciones al espectador.

Bárbara Lennie es una actriz que bajo mi punto de vista acostumbra a adoptar un perfil de mujer fría/sufrida, rol que encarna con convicción, si bien siempre me ha parecido que tiende a gustarse en exceso. Aquí ocurre lo mismo, la película es una oda a su rostro, a su cuerpo, a su mal humor, pero de gratis, porque no hay una historia interesante como tal.