Esta vez no resulta ser excepción y aunque la película se deje ver, hay momentos en los que a pesar de su corta duración se vuelve lenta. Aunque el principal problema es que en ningún momento se tiene la impresión de que algo de lo que planee el protagonista pueda salir bien. Para que su plan triunfe se requiere depender de otras muchas personas con las que, por decirlo de alguna forma, no se tiene un trato cercano, y de muchas circunstancias inciertas. Si también tenemos en cuenta que el dinero es buscado por gente peligrosa, lo incierto del panorama aumenta de manera excepcional.

El final no puede resultar más inoportuno, porque en él vemos como el arruinado protagonista hipoteca lo poco que le queda a la quimera de su rocambolesco plan, que conforme pasan los minutos va haciendo aguas por momentos. Encima, pierde del todo los papeles. Y todo por un dinero, que físicamente es muy difícil de transportar, como él mismo admite se trata de un valor nominal demasiado elevado. Yo pienso que lo mejor que podía haber hecho es haber cogido solo un poco, uno o dos fajos. Así nadie se daría cuenta y le valdría para salir de su aprieto económico en la justa medida como para poder seguir adelante.