Amable y simpática película que se gana esos calificativos al reconvertir las poses de mal humor, egocentrismo y desprecio de sus personajes hacia la idílica paz y quietud que iluminarían a cualquiera que estuviera al lado. Eso sí, la película no renuncia en ningún momento a la sátira, a los malos modales y a las feas pullas que mantienen sus protagonistas durante casi toda la película. Se hace especialmente curioso observar a los integrantes más veteranos deshacerse de sus habituales poses de simpatía a la que nos tienen acostumbrados, para convertirse en personas despreciables y de moral laxa. Especial felicitación merece Harrison Ford, es todo un verdadero espectáculo ver haciéndole de tipo amargado que aprovecha su estatus de ex-estrella de la televisión para frustrar y joder a toda "la competencia" (los periodistas y profesionales de televisión con los que ahora trabaja).

La película aborda en su planteamiento una premisa relacionada con el mundo de la televisión, más concretamente el de una emisión matinal fracasada y que reúne a los tres protagonistas que deberán trabajar duro para poder reflotarla. De fondo, se entrevé una crítica a todo lo que es el panorama audiovisual, morbo, audiencias, trato con el material, improvisadas fórmulas de éxito, así como un contacto con todo lo que es un poco ese mundillo. No obstante, creo que puede interesarle a todo tipo de públicos, no se trata de una película especialmente destacada, por no ser, no se la puede considerar hasta buena, pero sirve para pasar un rato agradable viendo las andanzas de los personajes de esta amena historia. A mí no me ha disgustado para nada.