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Voto de Mequetrefe rimbombante:
5
Fantástico. Drama Henry Spencer, un joven depresivo y asustadizo, sufre desde pequeño unas extrañas pesadillas de las que intenta liberarse a través de su imaginación. Un día, su amiga Mary lo invita a cenar a casa; se entera entonces de que ha sido padre de un bebé prematuro y no humano. Mary y el extraño bebé se instalan en casa de Henry, donde un escenario iluminado tras el radiador muestra la presencia de una mujer. (FILMAFFINITY)
11 de julio de 2005
21 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Así nació el engendro fílmico llamado David Lynch. El artista que nos pide que desacostumbremos nuestra mirada sumisa y permitamos que sus obras ejerzan un impacto en nuestros sentidos, en el subconsciente, en todo aquello que es irracional y afecta a los mecanismos subrepticios.
Su creación ahoga cualquier estructura argumental, pero quien no sea capaz de desprenderse de ella encontrará restos para malvivir y romperse los sesos. Siempre hay una base que se desarrolla en las pautas de la verosimilitud para que el espectador acceda por la puerta principal caiga en la trampa y finalmente sea desquiciado.
Como muchas otras, Eraserhead es un acto de onanismo, de onirismo, de sonidos remotos, de luz y de sombras y de las formas deformadas; pero como primeriza se presenta quizá más desnuda, más cruda, más desprovista de camuflaje convencional y por ello también más tosca y menos sofisticada que las siguientes.
Las creaciones de Lynch cumplen sobradamente con la máxima que entiende el celuloide como evasión. Son una ofrenda para liberar la mente y dejar que la retina capte libre de prejuicios estos fotogramas de la ensoñación y disfrutarlos o sufrirlos con la condición de que el cerebro no procese nada. ¿Es eso cine? Sin duda. Pero no del que se comprende, sino del que se digiere.
Mequetrefe rimbombante
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