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España España · Málaga
Voto de Kaori:
7
Aventuras. Drama Willy es una impresionante orca confinada en un pequeño parque acuático en el Pacífico Norte, lejos de su hábitat natural y separada de toda su familia y hogar. Nadie en el parque entiende el comportamiento y los sentimentos de Willy, excepto un muchacho de 12 años, quien al igual que Willy sabe muy bien lo que significa estar lejos de su familia. (FILMAFFINITY)
2 de agosto de 2013
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Así estamos tratando a los niños de nuestra época: a patadas y sin corazón. Que una película como «¡Liberad a Willy!» tenga hoy por hoy en esta página seria e intelectual un 4,8 indica lo que esperamos del cine para jóvenes.

En un segundo he visto con toda claridad la razón por la cual las películas, por ejemplo, Pixar producen excitación generalizada: porque no son para niños. De hecho, son para adultos desencantados, y de ahí que todos los personajes se comporten como criaturas ya creciditas, con los típicos problemas laborales y sociales que puede tener un hombre maduro. Estos señores que acompañan a sus hijos al cine no quieren que nadie venga a soltarles sermones sobre nada, ni siquiera desean que les recuerden que fueron niños inocentes, sensibles y mágicos una vez y que aún guardan dentro de ellos un alma que puede ser siempre más buena de lo que es. No, esto no quieren pensarlo las personas grandes y con la vida hecha. ¿Qué pasa, entonces, con los niños? ¿Los niños...? ¿Qué niños?

«¡Liberad a Willy!» no trata en realidad de una orca que quiere ser libre, sino de un niño de doce años que tiene que liberarse de todo un pasado de desgracias y carencias afectivas tras el abandono de su conflictiva madre. Jesse será castigado a limpiar los destrozos que en una noche de gamberradas ha hecho en el acuario de la ciudad, al mismo tiempo que unos padres adoptivos lo acogen cariñosamente en su casa. Este es el punto de partida, dramático donde los haya, que dará pie al retrato verídico de una infancia desolada, perdida y rebelde que personifica Jesse, a quien, atentos al dato, no le importa ni el dinero, ni una casa propia ni bonitos regalos. Sólo su afinidad con una orca cautiva en el parque acuático le llevará a aprender lecciones de la vida tan fundamentales como la aceptación de las normas, el enfrentarse a la derrota y a las frustraciones, perder el miedo a amar y a confiar, o luchar con constancia y con nobleza en cualquier empresa que te propongas. Eso es «Liberad a Willy». Cuánto bueno.

Además, admitámoslo: nos encanta ver animales haciéndose amigos de los seres humanos. ¿Por qué? Pues no sé, pero hay algo muy primitivo, hermoso e inexplicable en el vínculo entre animales y Hombres. Sí, es verdad, es imposible que una orca pegue ese grandioso salto, pero anda que no es emocionante presenciar un acto de poder tan formidable. A modo de última lección, Willy le enseña a Jesse que en la vida, a pesar de todos los golpes y el duro camino, se puede llegar a ser feliz y libre. La banda sonora de Basil Poledouris hace el resto. Épico.

Película para todas las edades, en definitiva. Entrañable.
Kaori
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