Entre tú y yo: «El patrullero» no es una buena película y tira más a telefilme que a otra cosa, pero yo le doy el pase por dos motivos muy claros. A ver si te convenzo.

Uno, por Jean-Claude Van Damme y Scott Adkins. Si tiene un aliciente «El patrullero», es ver el combate final entre uno y otro, en eso no decepciona en absoluto y la cosa sale bien, aunque se podría haber quitado la manía de la camarita lenta. Así, es muy emocionante verlos en plena acción, juntos y enfrentados: el mito del pasado Van Damme y el mito del presente Adkins, dos fieras. Mi admiración inquebrantable hacia ellos.

Dos, los villanos. Stephen Lord y Scott Adkins son la pareja líder de malvados narcotraficantes, y cuando digo «pareja» es posible que me refiera también a un significado amoroso. Si hay algo o no, queda a la libre interpretación, y a mí me gusta pensar que sí porque lo hace todo más interesante. Pero no solo eso, sino que el trasfondo y las motivaciones de este grupo militar de élite se intuyen lo bastante complejas como para que mereciese un mayor tratamiento.

No te tomes drogas, pequeña. Y el resto a ver la peli.