Un clásico de la comedia norteamericana en el que se lucen Jack Lemmon y Walter Matthau. Ambos son los pivotes sobre los que se sostiene esta película eminentemente teatral, con pocos exteriores, pocos personajes e incluso poca acción, pero con un buen ritmo que no decae y consigue mantener entretenido al espectador.

Sin duda lo mejor de esta historia no son las situaciones cómicas como se podría pensar, sino lo que hay detrás de esa relación entre los dos amigos. Lo que de verdad tiene mérito es el proceso psicológico en el que Oscar y Felix entran, sin que ninguno se de verdaderamente cuenta. Ambos establecen un nuevo matrimonio en el que cada uno vuelve a cometer los errores que cometieron con sus respectivas mujeres. Y no deja de ser curioso. El fallo es que esa evolución que se espera de las dos personalidades no está del todo bien reflejado, y por eso se queda en un planteamiento interesante, pero no desarrollado con profundidad.

Con todo, es una película simpática, bien hecha y bien dirigida. Con lo que poco que tiene, consigue bastante, así que la hora y media se pasa sin bostezos y con cierto interés. El Notable me parece demasiado, pero, viendo de la época que es, no me sorprende el entusiasmo...