Nos guste o no, Christian Grey forma parte del nuevo imaginario colectivo occidental. Yo me quedé en la primera novela y fui totalmente incapaz de continuar con la saga porque, hablando claro, es basura. De literatura basura se puede, pese a todo, hacer algo en condiciones, pero está claro que los artífices de la adaptación no querían arriesgarse, así que la película es tan basura como la novela. ¿Por qué? Pues porque falla en todo.

Para empezar, la parte erótica es inexistente. Lo explícito no equivale a erótico. Un desnudo en sí no es erótico. Simplemente sexo entre dos personas no es erótico. Puede que esto sea una idea revolucionaria, pero hay que tenerla en cuenta. Se supone que los jueguecitos que se traen Ana y Christian son de lo más hot, pero no es cierto. En realidad son meros trámites entre dos cuerpos que no potencian los componentes verdaderamente eróticos que despiertan la pasión sexual. La historia de Christian Grey se basa en la fantasía sexual de dominación masculina y sumisión femenina; pero esto es demasiado políticamente incorrecto para que se muestre abiertamente, así que lo que se hace es ir rebajando esta tensión erótica para que sea una relación aceptable de cara a la sociedad. De esta manera, la fantasía se difumina, desaparece, todo se vuelve a fin de cuentas demasiado convencional entre los sexos.

Porque Christian Grey demuestra ser en realidad un blando, un tierno, un algodón de azúcar que se limita a complacer a Ana y a vendarle los ojos, como si eso fuera lo más de lo más. Venga, por favor. En un momento dado dice que no es un dominante, sino un sádico; pero es que ni domina, ni hace daño, ni hace nada. ¿Qué es este hombre, entonces? Que pase de torturar a sus amantes, controlar todos los pasos de Ana, ser un obsesivo, un celoso, un violento y sociópata (y si lo es, ¡es porque tiene razón! Manda narices...), a ser un novio cariñoso que no quiere hacer daño a nadie es el colmo del ridículo. Además, ¿cuál es el atractivo del señor Grey? Es que no se lo encuentro por ningún lado. No es que Jamie Dornan no sea un hombre atractivo, es que su personaje es un insulso, un soso. No está erotizado lo más mínimo, no es objeto de deseo, ni objeto sexual, es que no es nada.

Sobre el guion, poco hay que decir. Como digo, no es erótica, pero tampoco romántica porque todo es un sinfín de clichés sin historia sólida; empezando por justificar por qué Christian se enamora perdidamente de Ana. Los conflictos se solucionan de buenas a primeras, como toda la trama de Elena, que creo que merecía mucho más que estas dos escenas para que se viese que es una mujer muy mala, o no, no sabemos qué le pasa...; y eso que diez minutos antes Christian decía que era muy buena amiga...

En fin, ridículo.