Haz click aquí para copiar la URL
España España · Málaga
Voto de Kaori:
4
Acción Max Kirkpatrick (William Baldwin) es un brillante agente de policía que se ve obligado a proteger a la atractiva Kate McQuean (Cindy Crawford), una prestigiosa abogada de derechos civiles de Miami que ve su vida amenazada por una banda de antiguos agentes del KGB liderada por un importante hombre de negocios de la antigua Unión Soviética. (FILMAFFINITY)
15 de agosto de 2013
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me hubiera gustado de corazón aprobar esta película pero comete un fallo que no se puede pasar por alto: el final. Como si el guión se olvidase de sí mismo, el tramo final es un poco bastante patochada, y eso no está bien. Del mismo modo digo que el 2,8 con la que se la puntúa es exageradísimo. Prejuicioso, sin duda alguna.

Que Cindy Crawford sea peor o mejor actriz es una completa memez. La chica es modelo, y como modelo aparece en pantalla luciéndose como sólo ella sabe. Top Model irrepetible, de las que ya no quedan, con una sonrisa que desarmaba. Además, rompo una lanza en su defensa, porque creedme cuando digo que hay interpretaciones mucho peores que la suya. Su personaje, el de Kate McQuean, abogada civil, no despierta demasiadas simpatías, pero, en fin, cómo vamos a querer que maten a la Crawford. Sobre su macho protector, Max Kirkpatrick, otro tanto de lo mismo. Hubiera preferido a Alec Baldwin, que es más atractivo y mejor actor, pero el personaje de William es un verdadero máquina como policía. Como hombre, queda un poco soso, no voy a decir que no, pero en su papel de agente acaba molido y partiéndose el pecho en persecuciones por carretera, a pie y en barcos, tiroteos de toda clase y peligros de toda índole.

A destacar muy especialmente la banda sonora, compuesta por Mark Mancina. Saxofón y guitarra eléctrica para dar vidilla a las escenas. Y lo consigue. También podríamos destacar lo inocente que parece este mundo de 1995, en el que los policías se quedan anonadados cuando descubren la red de espionaje electrónico que les vigila. Pensemos en ello. Un mundo en el que sorprendía, casi sin comprenderse, que una persona desde su casita y a través de un ordenador, pudiera saber todos tus movimientos y todas tus conversaciones. Hoy en día se da por hecho. Antes, el concepto de intimidad era mucho más estricto y, por qué no decirlo, humano.

«Caza legal» tiene el bonito estilo de la época y los errores del peor cine comercial que no busca una historia bien construida sino simplemente llamativa, así que nos damos cuenta de las pamplinas a pesar de los rojizos atardeceres y las escenas de sexo erotizadas por las sombras. Pese a todo, no aburre.
Kaori
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow