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España España · Málaga
Voto de Kaori:
4
Romance. Comedia Edward Lewis (Richard Gere), un apuesto y rico hombre de negocios, contrata a una prostituta, Vivian Ward (Julia Roberts), durante un viaje a Los Angeles. Tras pasar con ella la primera noche, Edward le ofrece dinero a Vivian para que pase con él toda la semana y le acompañe a diversos actos sociales. (FILMAFFINITY)
18 de octubre de 2013
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo primero es lo primero: esta película no es romántica. Es decir: lo es en tanto hay dos personas que se enamoran, pero es que a parte de eso... nada. El romanticismo no puede consistir en que un hombre te deje la tarjeta de crédito para que gastes «indecentes» cantidades de dinero; no es romántico que te lleve a una cena de negocios, ni a una fiesta de negocios, ni a nada que tenga que ver con negocios; no es romántico que se acueste contigo y te pague por ello; no es romántico que te instale en una suit maravillosa de hotel con todos los gastos pagados. Puede ser muy agradable, pero no es romántico, y así «Pretty Woman», que va de eso principalmente, no logra entusiasmarme. Sin duda, su mayor problema.

De hecho, hay algo en toda la película, algo que la envuelve y la sustenta, que no me inspira ninguna confianza. Puede que porque el personaje de Vivian se plantea como un regalo caído del cielo para el infeliz y oprimido, a su manera, Edward, y no resulta nada creíble teniendo en cuenta que es la no-guapa-ni-fea Julia Roberts y su Vivian es más bien indiferente, a veces irritante. O puede que el propio planteamiento nos incomode: eso de que un galán como Edward, con un impresionante Richard Gere, se líe previo acuerdo económico con una prostituta a las primeras de cambio y sin que medie justificación sólida. O quizá sea un poco de todo ello y, además, la espeluznante falta de pasión que existe entre estos dos amantes. Observemos la escena de la primera noche, totalmente fría y apagada, o el escenón del piano, indudablemente erótica por sí misma, pero no por ellos, que se muestran distantes y mecánicos. Muy mal, muy mal.

Por cierto, muchos la tildáis de «machista» por esa visión de la mujer «salvada» por el hombre principesco; y pongo las comillas porque ojo a que «ella le salva a él», no lo olvidemos. A lo que voy: por mucho que insistáis, a las mujeres no nos van a gustar los ogros sino los príncipes. Príncipes como este Edward, que tendrá sus defectos, claro, pero que es un caballero, es elegante, listo, emprendedor, culto, suponemos que buen amante, refinado, complaciente, generoso, atento y valiente. Y nos encanta. Y todas, posiblemente, nos enamoraríamos de él, y más si vienes de la calle de soportar humillaciones y estás acostumbrada a que los hombres te traten mayormente con desprecio. ¿Y os sorprendéis que de Vivian se enamore de él? ¡Por favor!

En fin, le falta gracia y amor. No me gusta, qué le voy a hacer.
Kaori
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