Creo que «Age of Rocks» es una película de esas que se dicen incomprendidas. Qué bien queda la expresión, ¿verdad? De esta manera se puede despachar casi cualquier crítica a una obra, pero es que en este caso concreto me parece que es completamente real.

A lo mejor muchos que han visto la película no se esperaban que fuese un musical, y esto admito que descoloca. Yo, por ejemplo, no lo sabía. Así que de primeras me encuentro con un numerillo musical con gente cantando en un autobús y con una protagonista rubia salida de Oklahoma. Pero, bueno, esto ¿qué es?, me dije.

Pues es un musical que hace un tributo bastante desenfadado al rock, ese género tan grandioso que ha dado obras maestras a la música, y a los ochenta, claro, una época que, como siempre digo, es muy mítica. La ambientación deja bastante que desear y el guion es una chapuza, una simple concatenación de lugares comunes para justificar que haya una historia de amor de chico-conoce-chica y poco más. Pero es que da igual.

Ya solo por escuchar las canciones que eligen para la banda sonora vale la pena. Y por ver a Tom Cruise como mega estrella del rock pasada de rosca, también. En serio que su Stacee Jaxx es memorable desde su primera aparición rodeado de chicas y con un pantalón horrible de cuero. Grandioso Cruise. Se roba la película, así de claro. Quizás a los fanáticos del rock les moleste la parodia, no lo sé, pero es que esto es una parodia bien conseguida, exagerada, extravagante y sin recurrir a un fácil mal gusto. Completan el reparto conocido Alec Baldwin, cuyo número del «Can’t Fight This Feeling Anymore» es muy gracioso, y la imparable y apoteósica Catherine Zeta-Jones, a quien se podría haber aprovechado más, porque esta mujer es maravillosa.

En fin, que a lo mejor no es cuestión de que se entienda, sino de que te caiga bien, y a mí me ha caído bien. Escúchala.