En serio, ¿a quién se le ocurre hacer un remake de este tipo? Taylor Hackford, te respeto, pero aquí patinaste.

No voy a descubrir América si digo que Jeff Bridges está esplendoroso en «Contra todo peligro». Tiene un cuerpo que parece esculpido por el más refinado y talentoso artista, y bien que lo luce el director. Se pasa media película enseñando abdominales bronceados y, cuando no es el caso, lo visten que da gusto. En esta película se demuestran un par de cosas en cuanto a moda. Una: reivindiquemos el polo, señores míos; el polo de manga corta es una de las prendas más atractivas que un hombre puede llevar, creedme. Dos: las camisas de manga corta son anti estéticas; fijémonos en que Terry, ni aún en pleno Acapulco sudoroso y veraniego, lleva camisas de mangas corta, sino camisa de manga larga remangada. Exacto, amigos, exacto.

Bien, a pesar de Jeff Bridges, tenemos una historia que simplemente es innecesaria, y no solo porque existe «Retorno al pasado» sino porque está mal construida. No hay ningún elemento de verdadera tensión, y mucho menos noir. El personaje femenino es desastroso, es de esas mujeres que despiertan tu antipatía y, si me apuras, desprecio, nada más saber de ella: una jovenzuela caprichosa y autodestructiva que se queja… ¡porque es rica! Vete un poquito a tomar viento, querida.

Que te enamores de esta mujer perdidamente es el colmo del mal gusto, pero que encima nos quieran convencer de que todo es muy romántico, precipita la película al fracaso. Con tanto pasteleo solo consigue que la trama no le importe a nadie y que ni siquiera tenga sentido. Seamos malos, hombre.

Mención especial para esa hermosura de perro samoyedo, que es de lo más bello del reino animal, y para el temazo de Phil Collins. Arte.