Haz click aquí para copiar la URL
España España · Málaga
Voto de Kaori:
3
Thriller. Acción. Comedia Un veterano agente secreto inglés (Colin Firth) debe entrenar a un joven sin refinar (Taron Egerton), pero que promete convertirse en un competitivo agente gracias a un ultra-programa de entrenamiento, al mismo tiempo que una amenaza global emerge procedente de un genio retorcido. Adaptación del cómic de Mark Millar y Dave Gibbons. (FILMAFFINITY)
7 de octubre de 2017
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vamos a recapacitar un momento sobre eso que homenajea «Kingsman»: el cine de espías. Es que parece que el cine de espías solo es «James Bond», pero eso es una falacia tremenda. Se me ocurren ahora mismo grandes películas, todas muy serias, que no cumplen ninguno de los clichés que se presuponen en una cinta de espionaje. «El ojo de la aguja», «Misión Imposible» o «No hay salida» son solo tres ejemplos que en lo personal recomiendo de todo corazón como referentes de cine de espías de calidad.

Ahora bien, podemos aceptar «Kingsman» como una recuperación con algo de parodia del espionaje más rocambolesco. Para ello, pone un villano megalómano, espías británicos, muchos gadgets, un héroe y hasta la chica Bond, esta vez la chica Kingsman, que no es más que el premio sexual para que el héroe finiquite la misión retozando en una cama, como el Bond más hortera y misógino que podamos recordar. Pero, ojo, que si antes esta chica Bond podía ser también espía, secretaria o villana, todas con puestos útiles, ahora ya no; ahora vamos a hacer una separación entre mi amiga espía a la que respeto y sobre la que no hago ningún comentario sexual por muy hermosa que sea y «la princesa» inútil que está esperando que el héroe llegue para ofrecerle su cuerpo, y no voy a especificar qué parte de su cuerpo le ofrece exactamente. ¿Casualidad? Lo dudo.

Eso sí, como comedia no hace nada de gracia. A veces te sonríes con Samuel L. Jackson por el lenguaje que tiene, con tanto desparpajo, pero por lo demás es cero risas, así que no entiendo dónde está la diversión. De hecho, a mí esta película me parece muy desagradable. Para empezar, a qué mente enferma se le pudo ocurrir cortarle las piernas a Sofia Boutella; da entre grima y pena. Aunque, claro, se ve qua a Vaughn le gustan mucho las amputaciones porque no para de haber miembros cortados y hasta un cuerpo entero por la mitad, junto con toda clase de apuñalamientos, explosiones de cabezas, disparos, golpes y muertes. Al principio tratas de convencerte de que, bueno, no es para tanto, pero es llegar a la secuencia en la iglesia y comprendes que no, que Vaughn quiere matar gente y disfruta matándola, y lo peor es que los espectadores disfrutan también con ello.

Hay algo obsceno, preocupante y, repito, enfermizo en ese ensañamiento contra las personas, además enfocado hacia grupos determinados que al parecer merecen morir: poderosos, ricos, protestantes radicales o estudiantes de Cambridge. Pero porque son muy malos, ¿eh? Cabe preguntarse si no guarda esto bastantes similitudes con películas como «El club de la lucha» o «V de Vendetta»: hay una voluntad de regeneración libertaria, de demolición del sistema para dar luz a... no lo sabemos, pero sí sabemos que estos salvadores del mundo llevan a cabo sin pestañear una especie de genocidio que es como una fiesta de colores. Todo esto dirigido a los adolescentes, lo que hace que te resulte aún más desagradable.

Las dos horas son innecesarias para esta simple historia de jovenzuelo que se hace el más infalible de los agentes en unos meses de entrenamiento y con un villano que convence incluso al mismísimo Obama de sus absurdos planes (¿de verdad sirven para algo las tarjetas sim?). Las coreografías de algunas peleas son lo mejor junto con la presencia de Colin Firth y Michael Caine y el temazo «Slave to Love» de Bryan Ferry.

El resto es irrelevante.
Kaori
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow