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España España · Málaga
Voto de Kaori:
6
Thriller Una mañana lluviosa, seis hombres disfrazados y armados asaltan la sede central de un banco en Valencia. Lo que parecía un robo limpio y fácil pronto se complica, y nada saldrá como estaba planeado. Esto provoca desconfianza y enfrentamiento entre los dos líderes de la banda, “El Uruguayo” y “El Gallego”. Pero ¿qué es exactamente lo que buscan los atracadores? (FILMAFFINITY)
13 de marzo de 2016
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine de acción a la española es algo que siempre le he reclamado a nuestra cinematografía, al parecer avergonzada hasta hace unos años de convertir nuestras capitales en escenario de la violencia y a nuestras instituciones en centros de posibles villanías o heroicidades. No iban a ser solo los norteamericanas, claro que no.

Una lluviosa mañana en hora punta se verá alterada por el atraco a un importante banco de Valencia capital. Que la peli empiece con esa atmósfera meteorológica y sin entretenerse en circunloquios ajenos a la trama es de agradecer y, de hecho, te da la pista de que «Cien años de perdón» no va a perder el tiempo en contar más de lo necesario ni menos de lo que debe. La concisión en los diálogos, la información y la descripción de los personajes es digna de elogio: sí, guionistas del mundo, en noventa minutos sí se puede contar una historia interesante. La que escribe Jorge Guerricaechevarría es coherente y contiene el atractivo de los ladrones de guante blanco, si bien este blanco anda algo sucio.

El problema grave que encuentro es que el guión queda descompensado entre lo que ocurre dentro del banco, lleno de fuerza, y lo que ocurre fuera, con un esquema y desarrollo débiles. José Coronado, que por muy reconocido que esté es un actor limitado, aquí repite el papel de tipo duro al que no añade personalidad. Raúl Arévalo poco puede conseguir con un Ferrán indefinido, jefe de gabinete de la Presidencia y con un juego que no se sabe si es positivo o negativo, ambas o ninguna; muy soso. Marian Álvarez pasa por allí. Toda esta trama de intereses políticos y económicos, que es la base de toda la cuestión, necesitaría haberse planteado con mayor fundamento y haber servido para una crítica audaz, pero se conforma con la denuncia social del montón, con el titular fácil.

En cambio, son los protagonistas atracadores y sus peripecias lo que se roba toda nuestra atención, y realmente suponen el núcleo de la película. El reparto argentino está genial pero son el Gallego y el Uruguayo, con don Luis Tosar y el señor De la Serna respectivamente, los que merecen la mayor de las ovaciones. De Luis Tosar ya sabía que era estupendo, aunque su personaje, menos impetuoso y complejo, quede a la sombra del Uruguayo, pero es que lo de Rodrigo de la Serna me ha dejado impactada en el mejor sentido de la palabra. Desde el primer momento que abre la boca la cinta se impregna de su energía y de su acento. Una interpretación vibrante, agresiva, desesperada, sutil (sutilísima) y natural, tan natural como dos amigos que se ríen de sí mismos con el agua al cuello. La escena entre Tosar y Rodrigo bebiendo champaña es de tal espontaneidad que parece que la espuma de la botella nos va a salpicar a nosotros. Qué talento.

Pegados a la butaca, mojados bajo la lluvia, un thriller para disfrutarlo de principio a fin. Puede que no haya escapatoria, pero sí perdón.
Kaori
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