Sé que es tremendamente difícil hacer una buena historia de amor. «Moulin Rouge» lo intenta a su manera, y a su manera fracasa de una manera estrepitosa.

Yo, que me considero una persona romántica (quizá también a mi manera), estoy más que harta de las historias de amor modernas. De hecho, son lo contrario a lo romántico, a lo verdaderamente romántico. A lo mejor es que mi concepto es el raro, pero no concibo una historia de amor en el que no haya una sola mirada que transmita ese sentimiento entre los enamorados. No concibo una historia de amor sin tensión, ya sea sexual, pasional o amorosa. No concibo una historia de amor llena de escenas azucaradas, de tipo «cuanto te quiero», «pues yo te quiero más». No puedo concebir una historia de amor en la que se diga cada dos por tres la palabra «amor» y sin embargo no haya ni una sola declaración de amor, sincera y profunda. No concibo un romance sin seducción, sin conquista. No concibo un romance sustentado en un flechazo tan falso como ilógico, sin desarrollo posterior. No concibo un amor sin intensidad. No lo concibo.

Insisto en que es difícil. Puede que sea, de hecho, el género más difícil, pero eso no puede ser excusa para que nos contentemos con cualquier cursilada empalagosa, moderada y tibia, efectista al querer provocar la lágrima fácil, y encima sin una pizca de originalidad, ya que la historia de Satine y Christian se ha contado ya mil veces.

Por si fuera poco, la forma de contarlo es... espantosa. Quería buscar otra palabra menos dura, pero es que es espantosa. Se podrían criticar muchos elementos pero, así por encima, destaco el horrible sentido del humor del que hace gala, un montaje acelerado que resulta ridículo y esa atrocidad que han hecho con Toulouse-Lautrec, convertido en un payaso del mal gusto y el esperpento, algo imperdonable más allá de cualquier licencia cinematográfica.

Y si alguien se está preguntando por qué no le he puesto el uno, le contesto enseguida: por Ewan McGregor, tan atractivo que por momentos me olvidaba (puede que a conciencia) de lo que estaba viendo, y por algunos de los números musicales, especialmente el «Tango de Roxanne», en mi opinión lo mejor de la película. Lo peor es todo lo demás.