Eso es lo que dicen, y esta es una de las películas que lo confirman.
Desde mi punto de vista, la película romántica definitiva (hasta ahora).

Amor en estado puro.
Amor sin tapujos.
Amor sin medidas.
Amor sin falsas añadiduras o clichés.
Amor al fin y al cabo.

La historia de una pareja joven que después de atraerse y conocerse no pueden vivir el uno sin el otro. Pero, claro está, en toda relación hay problemas que esquivar y malas rachas que superar y esto último es lo que la hace tan especial y diferente al resto. Que retrata el transcurso de una relación sin adornarla.

Un filme indie, pero eso no le hace estar exento de originalidad o resultar "pesado" como tantos otros de su categoría, sino todo lo contrario.
Desde el minuto 09:16 me enganchó, consiguió estremecerme como ningún filme había conseguido hacerlo.
Comienzan a sonar unos acordes, unas preciosas pero "simples" escenas pasan ante nuestros ojos, y el corazón se te encoge de repente. Sinceramente, apenas me salen las palabras.
A partir de ahí, viví la relación como si realmente estuviese en el set de rodaje, o, mejor aún, como si no existiese dicho set, como si una servidora fue una espectadora lejana de una historia de amor real, una preciosa historia.

En una de las escenas, podéis pensar que deliro, incluso llegué a notar el olor a hierba fresca, donde los protagonistas estaban sentadas.
Después de esto, ¿qué más puedo decir? Una película que te transmite todo eso, y quien me conoce lo sabe, es digna de mi aplauso y admiración.

Amor, señoras y señores, amor al fin y al cabo.