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Voto de cineclasico73:
9
Drama En un pueblo minero de Gales viven los Morgan, todos ellos mineros y orgullosos de serlo y también de respetar las tradiciones y la unidad familiar. Sin embargo, la bajada de los salarios provocará un enfrentamiento entre el padre y los hijos; porque mientras éstos están convencidos de que la unión sindical de todos los trabajadores es la única solución para hacer frente a los patronos, el cabeza de familia, en cambio, no quiere ni ... [+]
22 de junio de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
A los que descubrimos el cine clásico como parte de nuestro entender de la vida, tenemos como común denominador el poder apreciar cintas que reflejaban una época en la que quizás, nos hubiera gustado vivir. Generalmente me pasa eso cuando veo joyas como ésta. No es que no disfrute de los adelantos, facilidades, y todo lo que la vida actual puede ofrecer. Al contrario. Alabo al internet, por ejemplo, que me permite cultivar a diario este pasatiempo vital para mi, como la colección de grandes clásicos y que en otra época anterior, sencillamente no habría sido posible hacerlo. Pero, ver films como "Qué verde era mi valle", me produce la leve sensación de que nací en el tiempo en que no era, y que prefería haber estado al lado de un John Ford como testigo de su visión de la vida, del lugar primordial que le daba a los valores familiares, tan escasos hoy en día, que, como en la película, son la base para que el sentido de humanidad en toda su extensión, que proteja al mismo hombre y lo saque a flote a pesar de sus vicisitudes diarias, como el trabajo, el amor, las tragedias familiares, la dura realidad. Ford, en su apasionante estilo hace un canto a la vida, en los recuerdos de un hombre relatando una parte de su infancia, marcada por la presencia de sus padres, tradicionales, sencillos y amorosos; unos hermanos que reflejaban unos nuevos tiempos sociales; una hermana preciosa y abnegada a vivir una vida que no quería, como la de tener que casarse para tener un futuro mejor en lo económico pero sin el sentimiento del amor, el cual pertenecía a un reverendo con ideas liberales para la sociedad y la época en la que estaba; todo alrededor de una gran mina de carbón, base de la economía de su pueblo natal. Los diálogos, los silencios, los gestos, los cantos aunque a veces parezcan excesivos, el dulce rostro de la hermosa Maureen O`Hara, el mensaje de amor paternal y fraternal, entre otras cosas, hacen que la experiencia de verla sea única, y que confirmen una vez mas, el alma anticuada por preferir mil veces ese tipo de cine que queda en la memoria y el corazón al espumoso y sofisticado cine de hoy. Qué le vamos a hacer. Así somos felices.
cineclasico73
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