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España España · Laguna de Duero
Voto de mantaypeli:
9
Romance. Drama De repente, Alí tiene que hacerse cargo de su hijo Sam, un niño de cinco años al que apenas conoce. Como no tiene casa, ni dinero, ni amigos, se refugia en Antibes, en casa de su hermana, que los acoge cariñosamente. Tras conseguir trabajo como portero en una discoteca, Alí conoce a Stéphanie, una domadora de orcas en el acuario Marineland. (FILMAFFINITY)
19 de enero de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Noqueado. Así te deja la primera hora de esta fantástica película de Jacques Audiard que aborda un asunto tan delicado como la discapacidad (social y física) desde una óptica descarnada. El tono realista con el que se narra esta historia le sienta como un guante, aunque su punto fuerte reside en la pareja protagonista. Tanto Matthias Schoenaerts (Alí) como, sobre todo, Marion Cotillard (Stéphanie) logran componer unos personajes que traspasan el celuloide gracias a sendas interpretaciones alejadas de la impostura y la afectación. Doble mérito, ya que la crudeza de lo que aquí se cuenta predispone a desmanes típicos del cine hollywoodiense a los que, por desgracia, estamos acostumbrados. El único ‘pero’ de esta magnífica cinta está en su tramo final. Audiard no se atreve a arriesgar cuando desde la segunda vez que suena el Firewok de Katy Perry ya nos tiene ganados para su causa y, de manera inexplicable, recula dulcificando el desenlace.

Si bien la relación entre Alí y Stéphanie está narrada a la perfección, se desaprovecha el personaje de Sam. Parece que a los guionistas sólo les sirve como pretexto para arrancar el filme y recurren de nuevo a él para aportar un par de pinceladas (innecesarios subrayados) sobre la personalidad de Alí y, por último, para precipitar el desenlace final. Interesante película capaz de hacer fácil eso tan difícil de que los silencios hablen. Que las imágenes se instalen en la parte de atrás de nuestro cerebro y vuelvan para sacudirnos. Vaciarnos las entrañas y provocarnos dolor, incluso físico. Y recordarnos que estamos vivos.
mantaypeli
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