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Voto de Jark Prongo:
8
Drama Una mujer se suicida, y se narra mediante flashbacks la razón que le llevó a ello. Adaptación de un relato corto de Fyodor Dostoyevsky. (FILMAFFINITY)
21 de julio de 2016
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Respecto a lo que fue su primera incursión en el cine a color -y la primera de las dos adaptaciones consecutivas de Dovstoievski que filmase-, esto dijo Robert Bresson: ” para mí, el fondo de la historia es: ¿qué es lo que ha pasado? ¿Por qué ha sucedido? ”. Esto planteaba el asceta que lo peta al amoldarse -a su manera- a quien consideraba el más grande de los escritores. Lo hacía abriendo con el suicidio de Dominique Senda para ir planteando a partir de esa acción una retrospectiva de toda la relación en su marido frente al cadáver de ella y la presencia de la criada, que aguanta estoicamente todo el tostonazo sin decir apenas nada. Un suicidio que, además de ser toda una lección de cine (y tener por único competidor en términos de belleza el filmado por Antonio Pietrangeli para cerrar Yo La Conocía Bien), dota de una estructura circular a la película, pues casi finaliza con los instantes previos al mismo. Decir ”casi” no implica que lo anterior no suceda, sino que Bresson concede un mini-epílogo al entierro de Dominique, en consonancia con sus firmes creencias.

De Una Mujer Dulce se pueden hacer las mismas conjeturas que hace Guy Frangin –el actor que interpreta al marido- a toro pasado sobre qué condujo a Dominique Sanda a arrojarse por el balcón, y con las mismas conclusiones: ninguna. El somero repaso que da a todos y cada uno de los instantes que considera esenciales en el devenir de la relación con su esposa no sirve para llegar a ningún punto de entendimiento. Mientras, el espectador asiste a una de las películas más peculiares de Bresson, tanto en cuanto esta parece querer decir algo sobre la relación del cinematógrafo del maestro para con otras disciplinas artísticas de las que se nutre a través de las avanzadillas de la pareja al cine (donde visionan Benjamin ou Les Mémoires D'un Puceau, que presenta puntos en común tanto con la historia de Una Mujer Dulce como con Diario De Un Cura Rural), el teatro (ese Hamlet que se tragan entero), la literatura (ella vive inmersa en lecturas constantes y él cita el Fausto de Goethe vía Mefistófeles), la música (Dominique siente auténtica pasión por ella y Guy se abre un bandcamp) y la pintura y escultura, que se manifiesta a través de sus visitas a Museos. En cierta manera esto no deja de ser la cita de Stendhal que soltó a los tarambanas y faltos responsables de El Camino A Bresson tras importunarle con una pregunta sobre cómo es la relación de su cine para con el resto de las artes: ¨son las otras artes las que me han enseñado a escribir¨. Que igual no viene al caso este salto temporal de casi dos décadas pero es que tamaña síntesis de lo que es su cine y su concepto del cinematógrafo tenía que figurar aquí.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jark Prongo
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