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Voto de Jark Prongo:
8
Terror Teruel, 2012. Nacho debe esconderse en un inhóspito refugio de montaña que perteneció a la familia de Nuria, su novia. La amenazadora construcción abandonada no tarda en revelar un trágico pasado enterrado hace más de 80 años. Caídos es una película de terror gótico con toques de comedia negra, donde se mezclan las leyendas de posguerra, la alquimia y la ruta del bakalao. (FILMAFFINITY)
11 de enero de 2014
14 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
El once de diciembre del 2012 esta web aceptó una crítica mía sobre Caídos que fue fulminada tras desenmascarar un grupo de mensas en patrulla vecinal internetera la triste realidad que tras ella había: la película en realidad no la había visto, solo la había soñado, con lo cual existía un sesgo en la honradez de mi opinión y el voto era directamente inválido, un voto Stifon Joukin. Sin embargo, con Caídos ya en Filmin a dos euros -y tras el triunfal pase en Sitges ante tres espectadores que se equivocaron de sala y, en vez de abandonar el visionado, allí se quedaron-, por fin se ha obrado el milagro. O, mejor dicho, lo ha realizado el preclaro Don Jaime Herrero, que sigue vivo tras fingir su muerte en hábil argucia mercadotécnica. No es la obra maestra de diez irrebatible que soñé en su momento, pero es exactamente igual a cómo se mostró en mi cabeza. No es ese diez como película por tratarse de un remake no consentido de lo que sucedió en mi intimidad onírica -le bajo dos puntos por plagiar mis sueños-, pero sigue siendo inmensa. Sin más recupero lo que dije de Don Jaime Herrero en su momento y de su película, sin modificar nada, sin alterar ni una coma ni una falta de ortografía. Es relevante porque captura un sueño, quizá la primera vez que se logra tal menester. Caídos es el Dreamcatcher fallero.

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Jaime Herrero (II)

Juan Puig Martí i Salas (aka Jaime Herrero) dejó para la posteridad esta brillante reflexión metacinematográfica sobre el cine español. A punto estuvo de no poder ser, ya que falleció 4 días después de terminar el montaje final en un locutorio de Benidorm, pero el azar -el mismo que nos lo robase con 28 años y una prometedora trayectoria por delante- quiso sesgar su vida pero dejar vivir a su obra. Jaime Herrero es la madre muerta del post-cine nacional, un autor maldito al que se revisitará cíclicamente cada x años, como sucediese con José Val Del Omar o los cortos de Xan Das Bolas.

Caídos es todo y nada, la vida y la muerte, Azul y Negro (su grupo preferido), playa y campo, caca y coca (letal combinación a la que era adicto). La historia de un fin de semana en una cabaña abandonada (que a ojos del espectador menos analítico parecerá una revisión de Evil Dead a la levantina, con fartons, horchatas y todos los actores devotos votantes de Francisco Camps) es la excusa para que Jaime cuestione y desplace las barreras entre la realidad y la ficción, terminando por difuminar durante un leve tramo del film el cuarto muro y convirtiéndonos en parte de la ficción. Excepcional el resultado y la economía de medios con que acomete tamaña empresa de genio loco: en una entrevista con Oti Rodriguez Marchante antes del rodaje dijo que el proyecto ¨lo financia mi tío Paco, con 30 euros que me ha dado por mi santo¨. Valiente compromiso para con el arte y contra el sistema de subvenciones estatales.

Los actores también andan excelsos, conscientes a buen seguro del grado de implicación que pedía el finado Herrero. Abel Zamora como coche está excepcional, hace un ruido indistinguible al que haría un carburador, y Silvia Valero consigue que creamos que es realmente asturiana, como pasaba con Maribel Verdú en El Laberinto Del Fauno. Tremendo y sentidísimo el beso que se dan Xavio Giménez y Manuel Valls, no pocos nos acercamos durante el pre-estreno en Alcine a los actores para preguntarles si de verdad son pareja. La magia del Cine, HOYGAN. Casi tan emocionante como los 7 segundos de silencio que se le dedicaron a Jaime antes del visionado de la película.

spoiler:

Y el sublime final, de genio absoluto. Jaime Herrero, consciente de que, por mucho que luche contra ello jamás podrá dejar de ser Cine Español lo que hace (ese no género que sirve como etiqueta ceniza para todo lo que se produce aquí), transciende los retruécanos de otros menos capacitados que él para el cine y nos regala 10 minutos finales donde descubrimos que todo es un sueño de Antonio Resines. Un pasaje onírico soñado a su vez por el personaje que este desempeñaba en Los Serrano. Créditos, vuelta de Diego Serrano a la pantalla y, pum, llega Escroto -el cánido en la vida real de Jaime Herrero- y se mea sobre el personaje ficticio. Leve dedicatoria a Segundo de Chomón y fin. Genio absoluto.
Jark Prongo
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