Tenemos portales hacia otras dimensiones, una bruja, una agobiante casa ruinosa, un inquilino de lo más raro en una adaptación de un relato de Lovecraft. Prometía bastante. Pero todo se va al garete cuando aparece la rata enfrente de las narices del protagonista... Una rata con cara humana, que parece más salido de "Harry Potter" que de un cuento terrorífico. Añadiéndole los piños grandes queda algo esperpéntico que da una sensación cercana a la vergüenza ajena.

Sin embargo, no sería justo centrarse solo en la ratita que hace desaparecer cualquier sensación de agobio o terror en la cinta para transformarlo en una suerte de comedia. Mientras tanto, el cochambroso sitio, los siempre "misteriosos" ruidos, el surrealismo, etc. crean un ambiente bastante terrorífico, que se diluye rápidamente con momentos excesivamente llenos de ketchup (que conste que no tengo nada en contra del gore, al contrario) unidos a otros más ridículos y absurdos (lo de la universidad), que realmente son un chasco, porque da la sensación de que podría haber dado mucho más de sí la idea inicial de una casa con portal a otra dimensión.