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Voto de Flaco Loco MX:
8
6,8
15.706
Drama
Explora la relación que mantuvieron el Papa Benedicto XVI y su sucesor, el Papa Francisco, dos de los líderes más poderosos de la Iglesia Católica, que abordan sus propios pasados y las demandas del mundo moderno para que la institución avance.
23 de diciembre de 2019
9 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Necesitaría tener más información sobre Bergoglio y Ratzinger para saber que tan cercano a la realidad es lo que se retrata en esta película, pero súbitamente me doy cuenta de que eso no es tan importante.
Hay momentos y frases que me hicieron estremecer, que me hicieron pensar, que casi me llevaron a las lágrimas; y eso ya es más de lo que logran la mayoría de las películas.
El notorio contraste entre América Latina y Europa. El retrato de cómo duelen más las fallas propias que las ajenas. El respeto antes que las diferencias.
Seamos mejores seres humanos.
Hay momentos y frases que me hicieron estremecer, que me hicieron pensar, que casi me llevaron a las lágrimas; y eso ya es más de lo que logran la mayoría de las películas.
El notorio contraste entre América Latina y Europa. El retrato de cómo duelen más las fallas propias que las ajenas. El respeto antes que las diferencias.
Seamos mejores seres humanos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
- Gracias Señor por el talento del "Pipita" - dice Bergoglio después de un gol.
- Amén - contesta un aficionado.
- Que Dios bendiga a nuestro Papa también.
- ¿El Papa, el alemán? No, no; que se bendiga solo. Nacista.
Bergoglio dice "No" y se toma la cara muy triste.
Esta escena me estremeció. No sé si Dios existe; casi siempre creo que no, hay días que creo que sí. Eso no cambia el hecho de que todos los días me siento triste porque sé que pensamos (me incluyo) como el aficionado de la escena. Me refiero a esa visión de juicio que tenemos: "a éste que le vaya mal, a éste otro que le vaya bien". Quizá estás pensando que tú no eres así ¿Te acuerdas cuando llegaste tarde al trabajo y te regañaron, pero a otro no le dijeron nada? ¿Te acuerdas cuando el maestro no reprobó a alguien que lo merecía, pero a ti sí? Te molestó, sé sincero. Pero aquella vez que estuviste del otro lado, que te fue bien sin merecerlo ¿Qué opinas de esa vez?
Qué malos somos con Dios si existe, que queremos que juzgue a todos excepto a nosotros. No somos empáticos con nadie y nos quejamos de que estamos solos. Quisiera soltar más lo que pasa a mi alrededor y ocuparme de lo que hay dentro de mí. Es más difícil. Quizá por eso me distraigo juzgándote.
No quiero ser ese aficionado. Si Dios existe, que nos bendiga a todos.
- Amén - contesta un aficionado.
- Que Dios bendiga a nuestro Papa también.
- ¿El Papa, el alemán? No, no; que se bendiga solo. Nacista.
Bergoglio dice "No" y se toma la cara muy triste.
Esta escena me estremeció. No sé si Dios existe; casi siempre creo que no, hay días que creo que sí. Eso no cambia el hecho de que todos los días me siento triste porque sé que pensamos (me incluyo) como el aficionado de la escena. Me refiero a esa visión de juicio que tenemos: "a éste que le vaya mal, a éste otro que le vaya bien". Quizá estás pensando que tú no eres así ¿Te acuerdas cuando llegaste tarde al trabajo y te regañaron, pero a otro no le dijeron nada? ¿Te acuerdas cuando el maestro no reprobó a alguien que lo merecía, pero a ti sí? Te molestó, sé sincero. Pero aquella vez que estuviste del otro lado, que te fue bien sin merecerlo ¿Qué opinas de esa vez?
Qué malos somos con Dios si existe, que queremos que juzgue a todos excepto a nosotros. No somos empáticos con nadie y nos quejamos de que estamos solos. Quisiera soltar más lo que pasa a mi alrededor y ocuparme de lo que hay dentro de mí. Es más difícil. Quizá por eso me distraigo juzgándote.
No quiero ser ese aficionado. Si Dios existe, que nos bendiga a todos.