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España España · Honor al Sabadell!
Voto de Grandine:
4
Thriller. Intriga David (Timothy Hutton), un escritor de ciencia-ficción, es invitado a una isla para dar una conferencia. Allí conoce a Silvia (Lucía Jiménez), una turista hispanoamericana. De repente, empiezan a producirse una serie de misteriosos suicidios. Sin embargo, existen indicios que permiten suponer que algo o alguien está induciendo a las víctimas a quitarse la vida. (FILMAFFINITY)
8 de agosto de 2007
13 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bueno, en este caso sería "El show de Kovak" (más que nada por lo artificial que es todo en las islas, y por lo inverosímil del transcurso de la historia), un vejete muy hermoso y apacible que logra, nada más y nada menos, que inyectar una especie de microchip en la nuca de nosecuantos pasajeros de un avión. Vamos, todo un hito sabiendo que ni les droga, ni les captura, ni nada de nada... o eso, o una patillada como un templo, aunque bueno, tras haber visto el transcurso total de "La caja Kovak", las patilladas ya no me parecen tan descabelladas, puesto que la película está repletita de ellas y, aunque el argumento se siga con sumo interés por ver como avanzará todo, tampoco hay ni un ápice de tensión argumental o de opresión por saber en qué terminará finalmente todo, así que, el tercer trabajo de Monzón tras las cámaras, además de ser una peli que no funciona puesto que su dirección no es demasiado afortunada, y que el guión está repleto de detalles que lo hacen totalmente inverosímil, también resulta del todo desaprovechada, ya que con una idea de esas características, podrían haber realizado un trabajo mejor, muchísimo mejor.

La cuestión es que, entre radios que de repente cambian de emisora solitas y casualmente empieza a sonar la canción idonea o flashbacks que vienen a la mente del prota sobre la gente que pululaba en el avión sin ton ni son, pues todo queda espesillo espesillo, y ni siquiera el esfuerzo de Hutton por llevar su personaje con algo de fuerza, media como característica para que el trabajo de Monzón funcione o pueda ser tomado todo lo en serio que debería haber sido, vistas sus pretensiones, claro.

Por lo menos, y aunque ya sea algo menor, entretiene cosa que, a día de hoy, ya es mucho, y también te hace pensar un ratillo sobre qué acontecerá finalmente cuando todo desemboca en una conclusión tan torpemente contada como tontilla, y a uno no le queda más remedio que agaredecer el rato ameno, y poco más...
Grandine
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