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España España · Honor al Sabadell!
Voto de Grandine:
9
Ciencia ficción. Acción Sarah Connor, la madre soltera del rebelde John Connor, está ingresada en un psiquiátrico. Algunos años antes, un viajero del tiempo le había revelado que su hijo sería el salvador de la humanidad en un futuro -año 2029- dominado por las máquinas. Se convirtió entonces en una especie de guerrera y educó a su hijo John en tácticas de supervivencia. Esta es la razón por la que está recluida en un manicomio. Cuando un nuevo androide ... [+]
28 de mayo de 2008
18 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tiene guasa que en una peli donde lo más importante deberían ser las tortas entre dos máquinas la carnaza se apodere así de ella.

Carnaza es que el maldito Edward Furlong en una de las peores interpretaciones de su vida no pare de vacilar al terminator mientras le enseña a bromear e intenta parecer un chico rebelde ante la cámara.
Carnaza es todo ese rollo metido con calzadorazo sobre Miles y su proyecto con Skynet que, además de no venir a cuento y evitar que veamos lo que hemos venido a ver (como dos Terminators se zurran la badana), deshace por completo un guión que ya tenía anomalías en su primera parte (1)
Carnaza son los rollitos del hospital psiquiátrico que no aportan nada. Bueno sí, nos cuentan lo (supuestamente) pirada que está Sarah Connor y lo que odia a sus captores. Qué bonito, qué romántico.

Sin embargo, cuando los guionistas dejan de darle vueltas a la peonza, todo funciona cojonudamente, y es que cuando los Terminators empiezan a repartir uno sólo puede disfrutar, disfrutar y... disfrutar, ya que antes no le habían dejado.
Porque los últimos treinta minutos son brutales, son lo que uno deseaba ver durante toda la peli, porque aunque la persecución por el canal y algún rifi-rafe más entre el T-1000 y el T-800 estén muy bien, nada mola tanto como ver a dos monstruitos con endoesqueleto atizarse con barras metálicas, mutilarse con lanzagranadas y demás.

A parte de eso, destacaría los mitiquísimos momentos que deja nuestro entrañable Terminator de por medio mediante frases e instantes cojonudos (me flipa en especial cuando balea la rótula de un poli y, con gran consideración puesto que John le había pedido que no matase, suelta "Vivirá". Brutal), también lo mucho que me llega a poner Sarah Connor, ya sea con musculitos o sin musculitos y lo que chana cuando los Terminators se putean entre ellos (grandioso lo del nombre del perro. Muy jefe ahí el Chuache)

En definitiva, de esas para abrazar las palomitas y pasar un rato de risas, fuegos de artificio y poses paleras inolvidable.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Grandine
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