Es cuando uno cree que ya lo ha visto todo en el apartado de mentes psicópatas y desquiciadas, cuando se topa con una auténtica joya del séptimo arte como "Angst", un film, que lejos de las superproducciones repletas de asesinatos cuanto más escabrosos mejor y finales de lo más rebuscados, opta aquí por dramatizar y otorgarle un tono más enfático a los pensamientos y aflicciones del protagonista que se nos presenta.
En ella, un joven con serios problemas desde su más agria infancia, después de cumplir una pena de 10 años, muestra como el desquicio se apodera de él, haciendo de este modo que los más horribles crímenes asolen su mente como método para afrontar con seguridad y entereza el día de mañana, aunque en realidad ninguna de esas características aflore en el personaje del relato, que más bien parece destinado a vagar sin rumbo fijo obedeciendo los desmanes de su frágil y desestabilizada mente.

Así, tras un buen prólogo, que sirve al espectador para introducirse en la vida del muchacho, donde se retratan a modo de documental los principales cambios que, con total seguridad, hicieron surgir ciertos trastornos psicológicos, el realizador Gerald Kargl nos introduce de lleno en el particular camino del desquicio que seguirá nuestro particular protagonista.
El guión, alejado de típicos clichés, ofrece secuencias de sorprendente desgarro, que lograrán horrorizar a más de uno por su aspereza, acompañando así una historia de lo más interesante, donde la voz en off y la notable interpretación del protagonista cobran verdadera importancia para que el resultado final quede en algo sumamente sugestivo y destacable.
Todo ello, realzado por una magnífica fotografía, que resalta la crudeza del film en sí, además de aportar un tono magnífico a ciertos momentos, hacen de esta cinta un ejercicio de gran calado y merecido reconocimiento tras el esfuerzo.

Puede que si los instantes finales no fueran tan desaliñados, frios y distantes, así como faltos de cierta veracidad, "Angst" hubiese quedado como un film mayor y recordado por más de uno hoy en día, sin embargo, esa conclusión nada desatinada pero carente de fuerza, resta enteros al producto final.
Aun y de ese modo, el afán por realizar tan meriotoria propuesta debe ser considerado y, sólo por ello, el largometraje de procedencia austríaca merece un visionado, mínimo.
Recomendable para los amantes de lo particularmente distinto.