Segunda película, por orden, que veo de la saga Marvel.
Llevando prefijada una idea de que sería el superhéroe menos vistoso y que menos me iba a gustar, el resultado ha sido exactamente ese.

Siempre fui partidario de los superpoderes y no de la fuerza bruta, y esto es gimnasio mutado con mala leche.

La película se inicia con una explicación (un poco confusa) del origen de Hulk, y su aspecto y contextos humanos.
En las favelas, la película conseguía prometer ligeramente, con secuencias y persecuciones muy vistosas. Pero precisamente por la tensión de la vulnerabilidad de ser humano. Una vez se es Hulk, en mi opinión, la película no tienen ningún interés más allá de los efectos.

Y dejando de lado recuerdos y secuencias románticas, lo mejor sin duda de la película viene siendo la clásica lucha final con todos sus efectos y sorpresas.
Se podría decir que es una película con su acción y momentos especiales, pero muy plana en cuanto a carisma y profundidad.

La recomendaría para entretenerse viendo la destrucción y fuerza de Hulk, pero no como película en sí.