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España España · Zaragoza
Voto de el chulucu:
8
Drama Crónica de las penalidades de una pareja que está a punto de ser desahuciada de su vivienda. (FILMAFFINITY)
14 de noviembre de 2014
18 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Magnífica película dirigida por el 'olvidado' Nieves Conde. A la altura de "Todos somos necesarios" y, sólo un peldaño por debajo de la soberbia "Los peces rojos", ambas también dirigidas por el infravalorado director segoviano. Claro, no es de la aclamadísima y reconocidísima "Triple B" (Buñuel, Bardem, Berlanga). Ni falta que le hace oiga.
Algo tiene "El inquilino" que nos engancha desde los primeros fotogramas que aparecen en pantalla. Hay algo que va más allá de su soberbio guión, la virtuosa técnica cinematográfica de Nieves Conde o la lucidez de un mensaje cuya vigencia es tristemente contemporánea (casi parece que vitalicia) por razones de sobra conocidas por todos nosotros. Ese algo, bien pudiera ser, lo que yo me atrevería a llamar 'una conexión de espíritus' entre el personaje sencillo de la calle y el espectador. Es como un milagro. Lo conseguía Capra cuando le venía en gana. En "El inquilino" lo consigue Nieves Conde. Desde la primera aparición en pantalla de Evaristo, el público lo quiere. Lo quiere por su esfuerzo, su honradez, su perseverancia. Lo quiere por su familia, por su nobleza, por su inocente sentido del humor. Pero, sobre todo, el público lo adora por su normalidad. Es uno de nosotros. Uno de tantos tipos anónimos que vagan por las calles partiéndose la cara frente a embaucadores, caraduras, millonarios de misa diaria y despistada conciencia, magnates sin escrúpulos o borrachos, más de tedio y soledad, que de licor. No anda solo Evaristo -en eso va a tener suerte- cuenta con su esposa Marta. Se unirá a su causa. También se partirá la cara. También se ganará al espectador. Y, lo más importante: seguirá hasta el final con Evaristo. Los abrazos y besos de la pareja me han conmovido profundamente. Sentía a mi mujer apoyándome en cualquier circunstancia de la vida.
Y, no, no se crea que la película es un dramón. No, que va. Nieves Conde aplasta cualquier atisbo de sensiblería con un disparatado sentido del humor que nos arranca carcajada tras carcajada. El piso ofrecido por López Vázquez y los pretendientes del piso del muerto subiendo en volandas a la casera por las escaleras al grito de " ¡en mi pueblo a las abuelas se las sube así! " son buena muestra de ese humor. También lo es su soberbio final.
Dicen que "El inquilino" fue censurada, cortada, que le cambiaron el final y no sé cuantas cosas más. Y yo me pregunto: ¿Qué obra maestra había hecho entonces Nieves Conde?
el chulucu
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