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Voto de Anibal Ricci:
7
6,8
10.605
Drama. Romance
Carmen es una adolescente gitana que vive en el extrarradio de Madrid. Como cualquier otra gitana, está destinada a vivir una vida que se repite generación tras generación: casarse y criar a tantos niños como sea posible. Pero un día conoce a Lola, una gitana poco común que sueña con ir a la universidad, dibuja graffitis de pájaros y es diferente. Carmen desarrolla rápidamente una complicidad con Lola, y ambas tratarán de llevar hacia ... [+]
11 de agosto de 2020
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La ópera prima de esta cineasta española resulta un verdadero bálsamo de ternura y optimismo, los personajes cautivan, pero jamás dejan de ser verosímiles sus conflictos ni las costumbres gitanas que con tanto esmero va develando la directora.
Laboran en una feria de verduras y no tienen un pasar atribulado, tampoco uno boyante. Representan a comunidades aledañas del extrarradio de Madrid y manifiestan un exacerbado orden machista donde la mujer es relegada a labores domésticas. Para ellos la educación escolar conlleva ideas extravagantes que se contraponen al mandato social de las mujeres: criar hijos. La noción de que puedan abrigar algún sueño artístico o profesional simplemente no es tema para estas familias. Encontrar marido para sus hijas será una misión primordial y las madres serán las encargadas de hacer perdurar el orden patriarcal.
Las dos protagonistas están muy bien interpretadas por dos actrices no profesionales que irradian frescura en la pantalla, además de compartir una complicidad sincera: la química de ellas nos recuerda a «La vida de Adele» (Kechiche), pero esta película no pretende ser tan dramática, sino más bien, la historia de dos adolescentes en un entorno adverso. Tampoco dramatiza con la postura de los padres, a los que la directora sitúa como estereotipos (voluntades que son pasadas por alto de cara al desenlace).
El final recuerda a «Los 400 golpes», pero esta vez son dos enamoradas que buscan la libertad en las olas del mar.
Rescatar el enfoque de la directora en cuanto a que la educación (tema central de la cinta de Truffaut) es una herramienta que libra a los jóvenes de las garras de la ignorancia y la religión, que para Arantxa Echevarria son prácticamente lo mismo. Su postura es optimista y muy luminosa (a diferencia del director galo) y le imprime profundidad a esta especie de cuento de hadas.
Laboran en una feria de verduras y no tienen un pasar atribulado, tampoco uno boyante. Representan a comunidades aledañas del extrarradio de Madrid y manifiestan un exacerbado orden machista donde la mujer es relegada a labores domésticas. Para ellos la educación escolar conlleva ideas extravagantes que se contraponen al mandato social de las mujeres: criar hijos. La noción de que puedan abrigar algún sueño artístico o profesional simplemente no es tema para estas familias. Encontrar marido para sus hijas será una misión primordial y las madres serán las encargadas de hacer perdurar el orden patriarcal.
Las dos protagonistas están muy bien interpretadas por dos actrices no profesionales que irradian frescura en la pantalla, además de compartir una complicidad sincera: la química de ellas nos recuerda a «La vida de Adele» (Kechiche), pero esta película no pretende ser tan dramática, sino más bien, la historia de dos adolescentes en un entorno adverso. Tampoco dramatiza con la postura de los padres, a los que la directora sitúa como estereotipos (voluntades que son pasadas por alto de cara al desenlace).
El final recuerda a «Los 400 golpes», pero esta vez son dos enamoradas que buscan la libertad en las olas del mar.
Rescatar el enfoque de la directora en cuanto a que la educación (tema central de la cinta de Truffaut) es una herramienta que libra a los jóvenes de las garras de la ignorancia y la religión, que para Arantxa Echevarria son prácticamente lo mismo. Su postura es optimista y muy luminosa (a diferencia del director galo) y le imprime profundidad a esta especie de cuento de hadas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
El rito de pedir la mano al padre de Carmen es desempeñado por el padre del novio. La directora da cuenta de las tradiciones tras ese acontecimiento: danzas frente al círculo de amistades y parientes, la fotografía de rigor y comida abundante para los invitados. Resulta sorprendente ver a estos gitanos acudiendo ante un pastor evangélico, adaptando las letras de sus cánticos flamencos a la usanza de la religión cristiana. El patriarcado resulta más asfixiante en este contexto y la idea de una mujer madre y virgen está muy arraigada.
Lola es diferente al resto de las chicas. Sus dieciséis años la encuentran preocupada de sus estudios y desea titularse de profesora luego del colegio. En sus ratos libres proyecta diseños que imprime en los grafitis que pinta por las paredes del barrio. Ser madre y tener hijos no es parte de su léxico, además le gustan las mujeres. Ha visto a Carmen en la feria y está encantada de compartir cigarrillos y pláticas con ella. En ese universo gitano-cristiano sabe que sus padres jamás deberán enterarse de sus preferencias (el padre sólo quiere que ayude en el puesto de verduras).
Dentro de la simpleza del relato, Lola es una adolescente y sufre cuando Carmen la rechaza o se alegra cuando le da un primer beso. La directora no se involucra en el plano sexual, ante todo se trata de dos jóvenes que se roban besos a hurtadillas.
Lola es diferente al resto de las chicas. Sus dieciséis años la encuentran preocupada de sus estudios y desea titularse de profesora luego del colegio. En sus ratos libres proyecta diseños que imprime en los grafitis que pinta por las paredes del barrio. Ser madre y tener hijos no es parte de su léxico, además le gustan las mujeres. Ha visto a Carmen en la feria y está encantada de compartir cigarrillos y pláticas con ella. En ese universo gitano-cristiano sabe que sus padres jamás deberán enterarse de sus preferencias (el padre sólo quiere que ayude en el puesto de verduras).
Dentro de la simpleza del relato, Lola es una adolescente y sufre cuando Carmen la rechaza o se alegra cuando le da un primer beso. La directora no se involucra en el plano sexual, ante todo se trata de dos jóvenes que se roban besos a hurtadillas.