Media votos
4,2
Votos
2.748
Críticas
2.747
Listas
0
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Ferdydurke:
4
4,2
306
Drama
Un marido mujeriego cae en su propia trampa cuando su esposa se hace pasar por otra mujer por teléfono. (FILMAFFINITY)
El matrimonio casi perfecto entre La sexta sinfonía de Chaikovski y La máquina de follar de Bukowski
15 de febrero de 2021
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Azúcar. Opio y sueños rotos. Madrid. Algo así. La espalda roja. La viuda negra. Rayas, tiburones blancos, pirañas, dingos, perros y monos son los hombres todos, enteros y verdaderos, puro instinto sin cerebro, ya los conocemos, no hay maldita sea ningún remedio, todo el zoológico entero. Cambio de sexo. Y sin embargo, a pesar de todo ello, hay que ver cuánto te quiero.
Es una película extraña, con cierta intención, elegancia y gracia, con alguna situación brillante o diálogo interesante, pero también mayormente, muy sobre todo, un bodrio de factura televisiva con tópicos de garrafón, fotografía gris y tonterías mil, en aluvión, indiscriminadamente llueven sobre ti, incluso bochorno a ratos buenos.
Ella es una santa mujer, obviamente, Tripplehorn nunca nos decepciona, y él es el hombre del millón de polvos, por doquier y a espuertas, todas se le ofrecen como regalo de cumpleaños, jóvenes, viejas, gordas, pequeñas, camareras, casadas, clientas, estudiantes, vecinas, a lo loco se vive mejor que son solo dos días de fiesta y no hay que despreciar tanta barata oferta, no vaya a ser que más tarde, junto antes de morir, con el cura allí presente, de tanto te arrepientas.
Ella le quiere y le cuida, él lo mismo, pero hete aquí que es un señor tan educado y generoso que de vez en cuando se ve en la obligación, es su responsabilidad, todo don acarrea un problema, de satisfacer la inmensa necesidad de tanta hembra insatisfecha que anda por ahí y por el mundo dando vueltas y pidiendo explícitamente guerra, por favor, más madera, que las piernas me tiemblan y el alma brama. Y en una de esas ocasiones o excursiones/escarceos sexuales caritativos en los que él estaba derramando con pericia inusitada y alguna alegría su dadivosa y tan solicitada simiente, va ella, qué inoportuna, cuánta tontuna, y, muy injusta y arbitrariamente, se nos ofende, que lo que pasa no lo comprende, y por ello todo lo demás se sucede, que si te he visto no me acuerdo y ya veremos cómo acaba este de tan mala pinta rosario de la aurora.
Es una película extraña, con cierta intención, elegancia y gracia, con alguna situación brillante o diálogo interesante, pero también mayormente, muy sobre todo, un bodrio de factura televisiva con tópicos de garrafón, fotografía gris y tonterías mil, en aluvión, indiscriminadamente llueven sobre ti, incluso bochorno a ratos buenos.
Ella es una santa mujer, obviamente, Tripplehorn nunca nos decepciona, y él es el hombre del millón de polvos, por doquier y a espuertas, todas se le ofrecen como regalo de cumpleaños, jóvenes, viejas, gordas, pequeñas, camareras, casadas, clientas, estudiantes, vecinas, a lo loco se vive mejor que son solo dos días de fiesta y no hay que despreciar tanta barata oferta, no vaya a ser que más tarde, junto antes de morir, con el cura allí presente, de tanto te arrepientas.
Ella le quiere y le cuida, él lo mismo, pero hete aquí que es un señor tan educado y generoso que de vez en cuando se ve en la obligación, es su responsabilidad, todo don acarrea un problema, de satisfacer la inmensa necesidad de tanta hembra insatisfecha que anda por ahí y por el mundo dando vueltas y pidiendo explícitamente guerra, por favor, más madera, que las piernas me tiemblan y el alma brama. Y en una de esas ocasiones o excursiones/escarceos sexuales caritativos en los que él estaba derramando con pericia inusitada y alguna alegría su dadivosa y tan solicitada simiente, va ella, qué inoportuna, cuánta tontuna, y, muy injusta y arbitrariamente, se nos ofende, que lo que pasa no lo comprende, y por ello todo lo demás se sucede, que si te he visto no me acuerdo y ya veremos cómo acaba este de tan mala pinta rosario de la aurora.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Hasta que la buena y guapa amiga, además de escritora ácida y muy prometedora, que antes era un hombre, estaba claro, y que se ha operado la mar de bien, apenas se nota la inmensa diferencia, la acoge en su casa y juntas elaboran un plan de muerte, perfecto como el del atraco al tren del dinero, con lo que la amante y despechada esposa se hace pasar telefónicamente por otra que en realidad será sí misma que así a él le investiga, que lista es la condenada, cuánta maña se gasta, y que gran ventrílocua, muy esmerada.
Él, mientras tanto pasa el tiempo y la tierra sigue girando y nada en verdad mucho de todo ello nos importa, se encuentra muy deprimido a consecuencia de practicar un duro y cruel ejercicio de abstinencia, que no se lo recomiendo a nadie, semen retentum venenum est, hasta que al final, cuando ya menos te lo esperas, antes de tirar definitivamente la toalla, más o menos casualmente se descubren, reconocen y reconcilian, por lo que deciden regresar a América, Nueva York para más señas, y a mí se me caen las lágrimas que tú no veas.
Para este viaje no hacían falta alforjas, me diréis con razón algunos de vosotros, cierto, pero de algo hay que vivir y es muy difícil estarse en casa quieto, mano sobre mano, no hacer ni el huevo, sin hacer ni siquiera el intento de ganarse honradamente el sustento, pues eso.
Es muy mala, pero debo reconocer que me hace cierta gracia, me cae simpática, como un hijo tonto al que también quieres a pesar de todo, él no tiene la culpa de ser tan bobo, no pidió que le trajésemos a este mundo, fuimos nosotros, ahora a pechar, basta ya de tonto lamento.
Qué peligro tienen los arquitectos, suelen pasar desapercibidos y disfrutar de enorme prestigio, pero son muy malas personas, sin excepciones, llenos de taras, traumas y oscuros recovecos, nunca jamás te fíes de ellos, mejor te haces tú la casa con tus propias manos y así te ahorras de paso un buen dinero.
Louise Flertcher se nos ha hecho mayor y ha cogido peso, no somos nada, estamos de prestado.
Liev Shreiber estuvo casado con Naomi Watts, cuánta envidia le tengo, hay que ver cómo lo odio.
Ella tuvo un papel destacado en "Instinto básico" del que nunca se recuperó en verdad del todo, esa película que sí que fue maldita y decisiva, cambió el mundo de arriba a abajo, lo puso patas arriba, si no me crees, échale un ojo.
Jeanne ha envejecido bien, eso es cierto.
Él, mientras tanto pasa el tiempo y la tierra sigue girando y nada en verdad mucho de todo ello nos importa, se encuentra muy deprimido a consecuencia de practicar un duro y cruel ejercicio de abstinencia, que no se lo recomiendo a nadie, semen retentum venenum est, hasta que al final, cuando ya menos te lo esperas, antes de tirar definitivamente la toalla, más o menos casualmente se descubren, reconocen y reconcilian, por lo que deciden regresar a América, Nueva York para más señas, y a mí se me caen las lágrimas que tú no veas.
Para este viaje no hacían falta alforjas, me diréis con razón algunos de vosotros, cierto, pero de algo hay que vivir y es muy difícil estarse en casa quieto, mano sobre mano, no hacer ni el huevo, sin hacer ni siquiera el intento de ganarse honradamente el sustento, pues eso.
Es muy mala, pero debo reconocer que me hace cierta gracia, me cae simpática, como un hijo tonto al que también quieres a pesar de todo, él no tiene la culpa de ser tan bobo, no pidió que le trajésemos a este mundo, fuimos nosotros, ahora a pechar, basta ya de tonto lamento.
Qué peligro tienen los arquitectos, suelen pasar desapercibidos y disfrutar de enorme prestigio, pero son muy malas personas, sin excepciones, llenos de taras, traumas y oscuros recovecos, nunca jamás te fíes de ellos, mejor te haces tú la casa con tus propias manos y así te ahorras de paso un buen dinero.
Louise Flertcher se nos ha hecho mayor y ha cogido peso, no somos nada, estamos de prestado.
Liev Shreiber estuvo casado con Naomi Watts, cuánta envidia le tengo, hay que ver cómo lo odio.
Ella tuvo un papel destacado en "Instinto básico" del que nunca se recuperó en verdad del todo, esa película que sí que fue maldita y decisiva, cambió el mundo de arriba a abajo, lo puso patas arriba, si no me crees, échale un ojo.
Jeanne ha envejecido bien, eso es cierto.