La cosa caritativa. Los niños del paraíso. Dinero. Barrio Sésamo. Sexo, mentiras y cintas de vídeo. Dogman. Mi vida como un perro.
El milagro de P. Tinto con ínfulas. Cómo ser John Malkovich sin John Malkovich (y sin Cameron Diaz, qué pena).
Los que sí que están sobrevalorados son los mancos, y las muñecas rusas, la basura.
Lo mejor es Massiel, y Manuel Morón. Lo peor... es to.
Tiene ese aire adolescente, Sitges, de querer llamar la atención como sea, caiga quien caiga, eh, eh, sí, yo, que estoy aquí, mira, sin manos, sin bicicleta, sin cuerpo, sin sesera, esa puerilidad escatológica (¿fase anal era? ¿a los dos o tres años, no?), esa provocación de chichinabo, me atrevo, esas recurrencias o rimas literarias, de pulgarcito migas, tan niñas y cansinas, variaciones sobre el mismo tema, cuéntame un cuento, las mil y una noches, desenrosca, abre la caja, de pandora, libera, arma, retoma, la idea, venga, la supuesta libertad creativa como modo perfecto para poder eruptar no decir nada y estar finalmente incrustado dentro de una fiera camisa de fuerza, como un insecto, obligado por ti mismo a insistir en lo mismo, volver al lindero, la coartada del cagarro, el día ideal del poeta, tan meta.
La nulidad por la nulidad. La pretenciosidad inane. Carga (y claro, cómo no, caga), cargante, afectada, hasta repelente niño vicente. Desinteresa. Suspende. Te excita o estimula para acabar fría como una tumba. De guardería. De patio de colegio. De taller de escritura, sí, el autor. De primero de carrera. Con pústulas. Y bata. A cuatro patas. Sin cocer. Sin desasnar.
Papilla grumosa. Gotelé.
Es la historia extraordinaria de un ojo (obvio, del culo) y de una perra (muy pata) y de un tarado (un culto) y al final comienza.
Cervantinamente cretina.
La ficción no es un centón, es un centollo. No es una pescadilla que se muerde la cola, no es. Compañeros, adelante.
Pobre Pilar (solo pido al Señor, ruega por nosotros, pecadores, que no hayan maltratado -demasiado, algo, seguro, el trauma no se lo quita nadie, los problemas mentales se los llevan los pobres por delante- a los perros, y las perras, durante la filmación de esta singular obra, por lo que más quieras).