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Voto de Ferdydurke:
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7,6
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Thriller. Drama
Mildred Hayes (Frances McDormand), una mujer de 50 años cuya hija adolescente ha sido violada y asesinada, decide iniciar por su cuenta una guerra contra la Policía de su pueblo, Ebbing, al considerar que no hacen lo suficiente para resolver el caso y que se haga justicia. Su primer paso será contratar unas vallas publicitarias denunciando la situación y señalando al jefe de policía, William Willoughby (Woody Harrelson), como ... [+]
27 de enero de 2018
84 de 156 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mujer golpeada y maltratada por su marido (como todas, por lo menos en potencia), ¿abandonada además al irse (¡¿no quería que se fuera?!) con una de diecinueve? (qué cabrón), madre de hija, muy joven, brutalmente violada y asesinada (otro peligro lacerante y constante) se enfrenta, emprende una cruzada libertaria, verdadera y salvaje contra todos los hombres malos (prácticamente la unánime mayoría, salvo quizás los negros y homosexuales, probablemente, seguramente sea así, eso creo), "Un hombre bueno es difícil de encontrar", diría Flannery O'Connor, especialmente centrada su lucha contra los policías (todos, o casi, homófobos, racistas, violentos y muy lerdos) y los curas (pasaban por allí pero son pederastas de raíz y querencia), con el fin de encontrar/atrapar al malnacidohijodeperra asesino y violador de su querida niña.
Ella es nuestra amada heroína. Amante vocacional y sincera de los animales (condición sine qua non para ser una buena persona, si no pasas esa prueba, mereces el infierno, hay que acreditar esa bondad con algún gesto fehaciente), los enanos (más bien discapacitados métricos), los negros (por supuesto, la duda ofende) y del bien (aunque disimule a veces, es más buena que el cielo, las estrellas y Nevada Las Vegas, lo que pasa es que la pobre arrastra un dolor tan grande que a menudo se pierde, pero ya decimos que es santa y generosa, valerosa y bondadosa como el sol y todas las galaxias, como Oregón, Nueva York, Madagascar y Formentera).
A ver, nos falta algo. Violencia de género, racismo indiscriminado, violaciones, agresiones, mutilaciones, estupefacciones...
Ah sí. Humor del bueno. No todo iba a ser llanto y crujir de dientes. Es también necesario el relajo. Un engrasante para que el pueblo trague. Vaselina que es cosa fina. Entre horror y desgracia algún chiste o comentario ingenioso que anime la fiesta y aliñe el guiso.
¿Y la construcción de personajes, la lógica narrativa, la mesura, el tiento, la coherencia, el pudor, la vergüenza, la honestidad, la franqueza?
Jaja. Nada. Son paquetes, meros instrumentos para introducir tres o cuatro ideas boyantes, óptimas, respetables y pertinentes.
¿Qué harías si fueras un director con algunas pretensiones y grandes ambiciones?
a) Cuestionar el mundo actual con sus monsergas, propagandas e ideología dominante. Debatir, dudar, replantear, preguntarse, desnudar, valorar, temblar, sutilizar.
b) Montarte en el carro de los vencedores. Volverte un esbirro o nada más que comercial. Dar forma al discurso oficial. Ser parte del paisaje. Ponerte en la foto y recibir premios por tu buen comportamiento. Amar a los perros fieles.
c) Ni lo uno ni lo otro. Lo que te surja o te apetezca. Algo libre y personal. Una observación particular. Una extrañeza insólita. Sentido común. La vida misma. Lo que sea.
Este director ha elegido...
Spoiler:
Para que la oferta fuera completa me faltaban unos cuantos detalles o temas muy interesantes que habían quedado en el tintero:..., unidad de quemados y lanzados, malvados aterradores, palizas insospechadas y habituales, descubrimientos casuales y abismales, enfermedades terminales, suicidios impactantes, madres acojonantes...
Veamos. Unos cuantos asuntillos curiosos más:
- ¿Cómo es posible que tras tirar a un tío por la ventana y agredir a otra persona a plena luz del día y delante de todos (delante del recién jefe negro, por ejemplo), no te detengan inmediatamente y se te caiga el pelo?
- ¿Cómo es posible que a continuación el agredido salvajemente te encuentre casualmente en la habitación del hospital y te ponga la pajita en señal de paz? ¿Es homosexual, buena persona evidentemente? ¿Calmado, reflexivo, gay, obvia, oficialmente?
- ¿Cómo es posible que de cenutrio, cernícalo y troglodita que no tiene ni medio milímetro de cerebro con luz o sano pase a redimido hombre bueno y política y humanamente concienciado y generoso en lo que tardas en beberte ese refresco tan jugoso con pajita mediante?
Ella es nuestra amada heroína. Amante vocacional y sincera de los animales (condición sine qua non para ser una buena persona, si no pasas esa prueba, mereces el infierno, hay que acreditar esa bondad con algún gesto fehaciente), los enanos (más bien discapacitados métricos), los negros (por supuesto, la duda ofende) y del bien (aunque disimule a veces, es más buena que el cielo, las estrellas y Nevada Las Vegas, lo que pasa es que la pobre arrastra un dolor tan grande que a menudo se pierde, pero ya decimos que es santa y generosa, valerosa y bondadosa como el sol y todas las galaxias, como Oregón, Nueva York, Madagascar y Formentera).
A ver, nos falta algo. Violencia de género, racismo indiscriminado, violaciones, agresiones, mutilaciones, estupefacciones...
Ah sí. Humor del bueno. No todo iba a ser llanto y crujir de dientes. Es también necesario el relajo. Un engrasante para que el pueblo trague. Vaselina que es cosa fina. Entre horror y desgracia algún chiste o comentario ingenioso que anime la fiesta y aliñe el guiso.
¿Y la construcción de personajes, la lógica narrativa, la mesura, el tiento, la coherencia, el pudor, la vergüenza, la honestidad, la franqueza?
Jaja. Nada. Son paquetes, meros instrumentos para introducir tres o cuatro ideas boyantes, óptimas, respetables y pertinentes.
¿Qué harías si fueras un director con algunas pretensiones y grandes ambiciones?
a) Cuestionar el mundo actual con sus monsergas, propagandas e ideología dominante. Debatir, dudar, replantear, preguntarse, desnudar, valorar, temblar, sutilizar.
b) Montarte en el carro de los vencedores. Volverte un esbirro o nada más que comercial. Dar forma al discurso oficial. Ser parte del paisaje. Ponerte en la foto y recibir premios por tu buen comportamiento. Amar a los perros fieles.
c) Ni lo uno ni lo otro. Lo que te surja o te apetezca. Algo libre y personal. Una observación particular. Una extrañeza insólita. Sentido común. La vida misma. Lo que sea.
Este director ha elegido...
Spoiler:
Para que la oferta fuera completa me faltaban unos cuantos detalles o temas muy interesantes que habían quedado en el tintero:..., unidad de quemados y lanzados, malvados aterradores, palizas insospechadas y habituales, descubrimientos casuales y abismales, enfermedades terminales, suicidios impactantes, madres acojonantes...
Veamos. Unos cuantos asuntillos curiosos más:
- ¿Cómo es posible que tras tirar a un tío por la ventana y agredir a otra persona a plena luz del día y delante de todos (delante del recién jefe negro, por ejemplo), no te detengan inmediatamente y se te caiga el pelo?
- ¿Cómo es posible que a continuación el agredido salvajemente te encuentre casualmente en la habitación del hospital y te ponga la pajita en señal de paz? ¿Es homosexual, buena persona evidentemente? ¿Calmado, reflexivo, gay, obvia, oficialmente?
- ¿Cómo es posible que de cenutrio, cernícalo y troglodita que no tiene ni medio milímetro de cerebro con luz o sano pase a redimido hombre bueno y política y humanamente concienciado y generoso en lo que tardas en beberte ese refresco tan jugoso con pajita mediante?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
- ¿Cómo es posible que coincidan casualmente el probable violador y asesino con el instantaneamente redimido en el mismo bar, y a ese monstruo le dé por contar sus hazañas justo delante de sus orejas, el mismo que ya vimos hacer de las suyas en la tienda de nuestra amada heroína?
- ¿Cuánto tarda en recuperarse el quemado, dos horas, tres tal vez?
- ¿Cómo es posible que el bienaventurado suicida tenga una mujer tan mona y unas niñas tan apropiadas que salgan a ver qué ha pasado justo en el momento más oportuno? ¿Y el polvo de esos eternamente enamorados? ¿Y la polla de Shakespeare, y el rabo de Oscar Wilde? ¿Y la muerte de mano propia como acto final de generosidad universal e infinita?
- ¿Y ella, nuestra amada heroína, cómo es posible que pase de estar a punto de morir a manos de su ex marido maltratador, cuchillo en cuello, y a continuación le coja de la mano y se encariñe con él, en cuestión de segundos a tu verdugo demostrado y recurrente?
- ¿Por qué la hija asesinada no creía la versión de la madre y se quería ir con el padre? ¿Nos quieren decir que nuestra amada heroína se había inventado esa historia y era una zarrapastrosa mentirosa, que la hija era tan cruel que lo hacía para dañar a su abusada madre, que quería tanto al maltratador padre que negaba la mayor o qué cojones pasa?
- ¿Y las hostias a los chavales del instituto, no pasa nada? ¿Y el incendio, tampoco, queda olvidado?
- ¿Y ese discursito sobre las bandas y los curas tan espontáneo, natural y poco demagogo que suelta para que aplauda la emocionada platea?
- ¿Y esa conversación entre madre e hija tan casualmente sutil y violadora (ojalá me violen, ojalá te violen) previa a la verdadera violación?
- ¿Cómo es posible que el dentista sea en verdad el doctor Mengele disfrazado?
- ¿El único policía bueno o listo es casualmente negro?
Tras tanto efectismo, sensacionalismo, morbo, oportunismo, truculencia, disparate, grosera manipulación, estupidez y brocha gorda, debo decir que el final no me ha gustado nada, es lo único que me ha decepcionado. Yo esperaba otra cosa. Por ejemplo (para que os hagáis una idea):
Llegan a casa del muy probablemente violador. El violador está violando a su madre, su hermana y su hija, a su amiga, a la vecina, la cartera, la perra de la cartera, la criada negra de la cartera, al amigo homosexual de la cartera, a la lesbiana amante de la cartera.
Nuestra amada heroína y el relampagueante redimido le detienen en pleno acto simultáneo, ubicuo. Lo sacan a rastras. Le leen el manifiesto SCUM. Le rocían con gasolina. Le pegan fuego.
Y con las rescatadas, liberadas y salvadas de las violaciones múltiples y asesinas y de la segura muerte entre alaridos, organizan una barbacoa, la barbacoa, la barbaciu (o como se diga).
Dos últimas cosas antes del cierre:
- La madre del fugaz redimido no es una mujer (no hay que precipitarse en el juicio, las apariencias engañan), es un hombre. Por eso es así.
-Visto el panorama que esta película refleja con ajustada exactitud, ha llegado el momento de apretar el botón, de aplicar la solución final. Hay que acabar con todos (y no me vengáis los equidistantes con que todos no son iguales, hay algunos buenos y demás tonterías. En este caso se podría citar al suicida y al rápido redimido como excepciones. Nada. De hecho, uno se mata y el otro se fríe. La esencia es la misma, machismo cultural milenario, y está podrida. Bagatelas para una matanza) los varones heterosexuales de raza blanca que hay en el mundo. Da igual edad o condición, ingresos o confesión. Fuera. Basta ya.
Y si el número es excesivo y se nos va de las manos, yo aconsejaría iniciar las medidas con la basura blanca del profundo sur americano. Aciertas seguro. Esos no tienen remedio ninguno y son los peores. Por algo hay que comenzar y eso sería el principio de una buena novedad.
He dicho.
- ¿Cuánto tarda en recuperarse el quemado, dos horas, tres tal vez?
- ¿Cómo es posible que el bienaventurado suicida tenga una mujer tan mona y unas niñas tan apropiadas que salgan a ver qué ha pasado justo en el momento más oportuno? ¿Y el polvo de esos eternamente enamorados? ¿Y la polla de Shakespeare, y el rabo de Oscar Wilde? ¿Y la muerte de mano propia como acto final de generosidad universal e infinita?
- ¿Y ella, nuestra amada heroína, cómo es posible que pase de estar a punto de morir a manos de su ex marido maltratador, cuchillo en cuello, y a continuación le coja de la mano y se encariñe con él, en cuestión de segundos a tu verdugo demostrado y recurrente?
- ¿Por qué la hija asesinada no creía la versión de la madre y se quería ir con el padre? ¿Nos quieren decir que nuestra amada heroína se había inventado esa historia y era una zarrapastrosa mentirosa, que la hija era tan cruel que lo hacía para dañar a su abusada madre, que quería tanto al maltratador padre que negaba la mayor o qué cojones pasa?
- ¿Y las hostias a los chavales del instituto, no pasa nada? ¿Y el incendio, tampoco, queda olvidado?
- ¿Y ese discursito sobre las bandas y los curas tan espontáneo, natural y poco demagogo que suelta para que aplauda la emocionada platea?
- ¿Y esa conversación entre madre e hija tan casualmente sutil y violadora (ojalá me violen, ojalá te violen) previa a la verdadera violación?
- ¿Cómo es posible que el dentista sea en verdad el doctor Mengele disfrazado?
- ¿El único policía bueno o listo es casualmente negro?
Tras tanto efectismo, sensacionalismo, morbo, oportunismo, truculencia, disparate, grosera manipulación, estupidez y brocha gorda, debo decir que el final no me ha gustado nada, es lo único que me ha decepcionado. Yo esperaba otra cosa. Por ejemplo (para que os hagáis una idea):
Llegan a casa del muy probablemente violador. El violador está violando a su madre, su hermana y su hija, a su amiga, a la vecina, la cartera, la perra de la cartera, la criada negra de la cartera, al amigo homosexual de la cartera, a la lesbiana amante de la cartera.
Nuestra amada heroína y el relampagueante redimido le detienen en pleno acto simultáneo, ubicuo. Lo sacan a rastras. Le leen el manifiesto SCUM. Le rocían con gasolina. Le pegan fuego.
Y con las rescatadas, liberadas y salvadas de las violaciones múltiples y asesinas y de la segura muerte entre alaridos, organizan una barbacoa, la barbacoa, la barbaciu (o como se diga).
Dos últimas cosas antes del cierre:
- La madre del fugaz redimido no es una mujer (no hay que precipitarse en el juicio, las apariencias engañan), es un hombre. Por eso es así.
-Visto el panorama que esta película refleja con ajustada exactitud, ha llegado el momento de apretar el botón, de aplicar la solución final. Hay que acabar con todos (y no me vengáis los equidistantes con que todos no son iguales, hay algunos buenos y demás tonterías. En este caso se podría citar al suicida y al rápido redimido como excepciones. Nada. De hecho, uno se mata y el otro se fríe. La esencia es la misma, machismo cultural milenario, y está podrida. Bagatelas para una matanza) los varones heterosexuales de raza blanca que hay en el mundo. Da igual edad o condición, ingresos o confesión. Fuera. Basta ya.
Y si el número es excesivo y se nos va de las manos, yo aconsejaría iniciar las medidas con la basura blanca del profundo sur americano. Aciertas seguro. Esos no tienen remedio ninguno y son los peores. Por algo hay que comenzar y eso sería el principio de una buena novedad.
He dicho.