Peliculón.
Johnny and me.
Implacable y brutal, demoledora y hermosa, bestial, bellamente necrófila.
Lo tiene claro, ese es el milagro, desde el primer momento vamos con los malos los buenos, te identificas con ellos, con los fiambres o finados y quieres que se los coman a todos, cruel malamente, al hermano/hijo idiota tonto desalmado desentrañado descastado, a la hermana/hija idiota tonta pánfila que no importa aporta nada, al negro chulo tan superior al resto qué se ha creído que da grima y tanta envidia (¿de pene?) y nunca para quieto y no escucha, yo soy el jefe de todo esto, el puto amo, el máster (and Johnson) del universo, tranquilo, hombre, majete, gótico carpintero, siempre dando golpes y voces y haciendo ruido, gañán, garrulo, al miserable cobarde calvo tenía que ser, al descerebrado joven pirómano mosquito, a su novia lela lerda kamikaze suicida, a la madre que la parió que no mueve un dedo, ahí me las den todas, roles, de mujeres, y solo fuma la cabrona, a la niña del exorcista que es una bruja y una arpía, cosa fina, se hace la enferma la tarada, horrorosa, en fin, que sí, que con dos cojones, que mueran los vivos, la vida, y que vivan los muertos, la muerte, la transvaloración de todos los valores, eso, vale, obra, por tanto, a la contra, valiente, desgarrada, transgresora, crítica, antisistema, es decir, exaltadora, iluminadora, revitalizadora, salvaje, libre, y qué arte al contarla, ese ascetismo samurái nervioso jazzístico bebop, ese montaje sincopado loco baile de san vito, esa foto nevada neblinosa tenue tan black power con el puño en alto en tu ano, esos actores al natural tan atractiva patéticamente humanos, ese guion de reloj, hasta en los fallos y disparates es grandiosa por humana y fresca fiera y macanuda o no y qué mierdas importa, oye, carajo, como decía el sumo maestro gordo, la verosimilitud es un cuento (para viejas solteronas chochas), para los idiotas y los niños y Charles Laughton más o menos o al revés te quiere Andrés.
Los zombis pueden ser huelguistas manifestantas del 8 M, comunistas cocainómanos minarquistas gramscistas feministas de cualquier ola o polla, megalodones, cobradores de hacienda y del frac, lo cortés no quita lo cabrón, seguidores de un equipo de fútbol de cualquiera, animadoras del equipo de rugby, políticos españoles a la búsqueda desesperada de votos y fondos, políticos españoles a la búsqueda desesperada de putas, haberlas haylas, y coca, vaya, políticos españoles a la búsqueda desesperada de amos y chanchullos, políticos españoles en pleno debate, políticos españoles que se parecen tanto a sus votantes, gotas y agua, médicos y enfermeras vacunándote o/y vacunados, críticos de cine tras ver la última obra maestra del cine español estrenada hace cinco minutos, qué buena cosecha, sobre el niño trans que quería ser una niña trans y que al final prefiere quedarse como está, niñe no binario transitorio trabado traslúcido transitivo furtivo filomeno fluido y en vez de llevar pololos se decide más bien por medias de esparto gruesas, la gala de los goya, el jurado del premio planeta, la comisión de expertos de lo que sea, el consejo de ministros ahora, altos gerifaltes preocupados por el mundo y sus gentes, uno mismo tras votarse a sí mismo innumerables veces, valga la evidencia, a quién si no, si esperas a que te lo hagan..., positivo, siempre positivo, y darle negativo siempre negativo a todo el que pille por delante, inevitable, metralleta, 73 Winchester, la reunión de la comunidad de vecinos para acordar la derrama para arreglar la fachada y aprovechar para cambiar al presidente o presidenta, la escritura de guion de la última obra maestra del cine español estrenada hace cuatro minutos sobre los graves crasos problemas de conciencia de un párroco ateo atormentado al respecto de los huesos encontrados en la cripta de la Iglesia, el salario del miedo, la última cumbre sobre el cambio climático en Calahorra centrada especialmente en el presupuesto destinado a paliar el problema, de lo posible en la medida...