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Rusia Rusia · Stalingrado
Voto de Ferdydurke:
7
Western. Intriga Will Kane (Gary Cooper), el sheriff del pequeño pueblo de Hadleyville, acaba de contraer matrimonio con Amy (Grace Kelly). Los recién casados proyectan trasladarse a la ciudad y abrir un pequeño negocio; pero, de repente, empieza a correr por el pueblo la noticia de que Frank Miller (Ian MacDonald), un criminal que Kane había atrapado y llevado ante la justicia, ha salido de la cárcel y llegará al pueblo en el tren del mediodía para ... [+]
5 de octubre de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tengo miedo. Esperando a Miller. Ataúdes tallados a mano.
Retrato pavoroso del ciudadano miedo, juan nadie, ese pelagatos siniestro, el fulano que paga los impuestos y vota al de gobierno turno, el buen padre y el perfecto hijo, mucho peor, qué duda cabe, que el más abyecto asesino, infinitamente más hipócrita y cobarde, tan juicioso y crédulo, ese horroroso elemento.
Rezuma amargura, negrura. Vitriolo. No hay salida. Hay que huir de allí como de la peste, salir pitando, o ponerlo todo boca arriba.
Aman y temen la muerte, el mal, se reconocen y espantan en él, nadie le hace frente, ninguno se atreve. Ni el juez ni el clero, ni el hombre de la ley ni el del comercio, ni el maestro ni el médico, ni la ciencia ni la letra que con sangre más si cabe corre, ni la justicia ni la religión, nada nuevo bajo el sol, solo un borracho y el chiquillo, nadie, estás vendido, amigo.
En la última mirada que les echa está reflejado un desprecio abismal por la condición humana.
Una rubia y una morena como en horizontes de grandeza, la mexicana es más feminista y está mucho más liberada que cualquiera de las de ahora, negocio propio, sexualidad libre, dinero, un esclavo o siervo a su antojo, claridad de ideas, valor, ovarios, es la de fuera, la otra, con la que el héroe nunca se casa, la extranjera, la intrusa, por eso ve más y mejor que ellos, es más fuerte y valiente, es solitaria, sabe. Pero, por el solo hecho de ser mujer, está exenta de ir a la guerra, esa lamentable injusticia milenaria, esa condena o gran desgracia que acarrea, por eso en verdad no se queda. Pero antes enseña, lega, a la pazguata a pelear por lo suyo, a cuidar de su hombre, el único hombre, a no ser como los/las demás, a tener orgullo y cojones.
Rotunda, pétrea, compleja a pesar de su apariencia pueril/banal, de una más, aquí todos, de hecho, expresan sus razones/excusas, grandes emociones, debaten, se justifican y explican, dialogan, parece el jodido congreso de los diputados, un puto pleno del ayuntamiento, agónica, existencialista, poderosa, metrónomo, tremenda, golpe a golpe, verso a verso, hermosa, ay algunos planos y cierta cadencia en varias secuencias, qué grandeza.
Él estaba ya muy castigado, ella, muy fresca. Y Kati jurado era una leona, con esos grandes ojos de besugo o de dibujo animado, apoteósica.
Lloyd Bridges, el padre de Jeff y Beau, los fabulosos baker boys, y Sam Fuller un poco antes de tiempo, por supuesto.
Ni McCarthy ni pollas en vinagre (o de cómo hay películas que tienen la triste costumbre de traer receta, como en botica, con la interpretación más correcta y validada ya hecha, ese trabajo que te ahorran, vagancia, me gusta, que si tal gesto significa cual cosa, que por lo tanto es exactamente contra ese porque claro y fíjate en cómo se toca la oreja y yo te lo digo todo y tú solo aprende y escucha, no te esfuerces si es inútil en este caso, y no, ya que aunque fuera literalmente así, la justa intención del autor cuando la creó, que muchas veces mienten al respecto también, no me valdría, solo sería otra teoría más, la obra siempre supera o desbarata todos esos a priori, las mejores proposiciones o deseos del autor, de lo contrario, tal creación no valdría una mierda, sería catecismo, panfleto, propaganda, chusca ideología, pienso), son todos, nadie se salva de la quema, los azules, los blancos y los rojos, los amarillos, los morados y los negros, entente, ominoso.
Oh, dios, por qué me has abandonado.
¿Tú, también, Bruto?
A la hora señalada.
El señor llega.
Cuando el barco se hunde, las ratas se esconden.
Frank Miller, ese cómico.
Por supuesto que el principio sucede después del final, el tiempo aquí es un círculo denso, espacio vacío, un huevo frito al sol que más calienta.
Insuperable canción/comienzo que nunca cesa. Todavía sigue. Hasta ahora mismo, hace un rato.
El tren de las doce en punto.
El jinete pálido, esa parte del duelo es la más floja.
Unos años más tarde..., con perdón, la gente del pueblo todavía se preguntaría por que Will Kane se hubo quedado pudiendo haberse ido perfectamente, y no había nada ni nadie por aquel tranquilo y feliz lugar que pudiera explicarles esa extraña conducta, por qué se jugó la vida para nada, por nada.
El héroe está cagado, tiene pánico, toda la buena gente está de espectáculo fúnebre sedienta, más madera, los malos solo cumplen con su cometido/destino, les ha tocado en suerte en el reparto arbitrario de papeles.
Él es como el tipo que cuando está a punto de arrancar el coche vuelve a casa corriendo a comprobar si ha cerrado bien la puerta, no vaya a ser que entren los cacos, quiere acabar la tarea, es un completista, un perfeccionista, colecciona sellos, es neurótico, obsesivo compulsivo, está muy loco, ya con él al manicomio.
El final es perfecto, seco, ascético, samurái, místico.
Me voy con viento fresco.
Ferdydurke
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