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Voto de Ferdydurke:
4
2019
6,9
653
Documental
Documental sobre la vida y carrera del mítico cantante de ópera italiano Luciano Pavarotti (1935-2007), uno de los mejores tenores de todos los tiempos.
13 de enero de 2022
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otro pobre desgraciado, expoliado, arrasada el alma, atado, ball and chain, a la máquina eterna expendedora de dólares, a galeras a remar, a la familia, las amantes, los mánager, los representantes, todas las marcas, las mejores causas, las necias masas, todo ese tinglado o panoplia, tanta retahíla, con un comienzo en el mismo cielo, la bohème, para a partir de ahí, tras unos dignos y hermosos años, comenzar un descenso pronunciado, sin remisión, caída en picado, hasta el mismo infierno artístico, en progresión geométrica o dícese de recitales en la rural norteamérica, galas en los casinos como si fuera un vulgar Frank Sinatra o una pechugona Dolly Parton, retransmisiones de televisión, el horror, los tres tenores, vade retro, cuánto estropicio y/o desperfecto, conciertos benéficos, caímos muy bajo, que dios nos coja confesados, Lady Di, qué miedo, y ya en el último circulo del averno de Dante, lo más hondo del pozo, en las zonas abisales del océano donde no llega la luz y están pobladas de seres monstruosos que no tienen ni ojos, para qué, horror de horrores, rogándole, por qué, señor, nos mandas estas duras pruebas, a nada menos que a Bono, bueno, ni siquiera, a su criada italiana, este elemento pasaba descaradamente de él, no le cogía ni las llamadas, tanta afrenta, una canción, como si Mozart le hubiera suplicado una musical composición a Luis Cobos, igual, Jordan pidiéndole a José Antonio Montero que le enseñe a bailar el charlestón y, claro, que se nos muere de pena y un poco de vergüenza, no puede levantar ya la cabeza.
Y al documental le pasa igual, que comienza más o menos informativo e interesante hasta que se va enredando con las queridas, qué pelmas (casualmente las dos que aquí aparecen, imaginad el número real, las más, digamos, ejem, oficiales son o más o mucho más jóvenes que él, esos grandes amores que surgen en las mejores ocasiones, siempre te sorprenden, cuando menos te lo esperas, a ciegas, cupido y su magna tarea, nos gustan grandes y gordos, los hombres, claro), y ya desbarrancamos completamente con la segunda o más última y el tedio se hace el amo del cotarro, a quién le pueden interesar las banalidades más o menos emocionantes o terribles que ella cuenta con casi todo lujo de detalles*.
Imposible intuir o rescatar o comprender, no se rasga ningún velo, se hace más tupido y denso si cabe, algo verdadero o humano de semejante personaje más allá de la simpática fachada de italiano campechano y pícaro, de un hombre incapaz de decir no, demasiado ambicioso económicamente y, según se ve, las abundantes carnes, por ejemplo, le delatan, saltan a la vista, con muy poco control sobre sus instintos más primarios, esclavo de las más básicas pasiones que queda mucho más fino.
Y sí, cantaba como zeus, gloria en la tierra, alabado sea el señor.
Y al documental le pasa igual, que comienza más o menos informativo e interesante hasta que se va enredando con las queridas, qué pelmas (casualmente las dos que aquí aparecen, imaginad el número real, las más, digamos, ejem, oficiales son o más o mucho más jóvenes que él, esos grandes amores que surgen en las mejores ocasiones, siempre te sorprenden, cuando menos te lo esperas, a ciegas, cupido y su magna tarea, nos gustan grandes y gordos, los hombres, claro), y ya desbarrancamos completamente con la segunda o más última y el tedio se hace el amo del cotarro, a quién le pueden interesar las banalidades más o menos emocionantes o terribles que ella cuenta con casi todo lujo de detalles*.
Imposible intuir o rescatar o comprender, no se rasga ningún velo, se hace más tupido y denso si cabe, algo verdadero o humano de semejante personaje más allá de la simpática fachada de italiano campechano y pícaro, de un hombre incapaz de decir no, demasiado ambicioso económicamente y, según se ve, las abundantes carnes, por ejemplo, le delatan, saltan a la vista, con muy poco control sobre sus instintos más primarios, esclavo de las más básicas pasiones que queda mucho más fino.
Y sí, cantaba como zeus, gloria en la tierra, alabado sea el señor.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
* Ella nada más conocerle anuncia enfermedad abismal, poco menos que terminal, de la que luego nunca más se sabe, nada más nos dicen y se la ve, de hecho, rozagante, sana y fresca como una rosa o manzana, él, en cambio, no parecía tener el más mínimo problema, nada se comenta a este funesto respecto, y en un par de días, a toda prisa se nos muere, tras habernos dicho que tenía, nada menos, que cáncer de páncreas, ¿por qué eso, todo eso, está tan mal contado?
Vaya trío del terror, el primer representante o agente, a gusto del consumidor, el que le lleva de gira por las granjas de Missouri, crimen de lesa gravedad moral, por... amor al arte, ese, el segundo como de conciertos de rock promotor, también, lo mismo le da Luciano que Bruce Springsteen, es ecléctico en sus gustos, todo lo que sucede conviene, tanto monta, ese monto, money, money, ancha es Castilla, y, ya como remate o gran dislate, el húngaro, Tibor le llamaban, que lo convierte en poco menos que un mono de feria todo el día de aquí para allá como pollo sin cabeza o, sí, la gallina de los huevos de oro, jamón, jamón.
Otro pobre hombre, este orondo cantante, que no supo parar a tiempo, plantarse, mandarlos a todos al carajo o a tomar por culo, decir me niego en redondo de vez en cuando, no comer tanto, no tomar, de todo, tanto, no caer de bruces con la primer jovencita apetecible que se te pone delante tan amable y casualmente, que se ha enamorado la bendita, ha sentido un flechazo inenarrable, tu alma la ha imantado, a todo trapo y a primera vista, cuando tú ya estás, para más inri, para el arrastre, no actuar con cualquier mindundi o gran popero majadero a cambio de casi nada, no ser tan bueno y filantrópico y benéfico, Santa Tereso.
¿Y de la música qué decías... ?
Vaya trío del terror, el primer representante o agente, a gusto del consumidor, el que le lleva de gira por las granjas de Missouri, crimen de lesa gravedad moral, por... amor al arte, ese, el segundo como de conciertos de rock promotor, también, lo mismo le da Luciano que Bruce Springsteen, es ecléctico en sus gustos, todo lo que sucede conviene, tanto monta, ese monto, money, money, ancha es Castilla, y, ya como remate o gran dislate, el húngaro, Tibor le llamaban, que lo convierte en poco menos que un mono de feria todo el día de aquí para allá como pollo sin cabeza o, sí, la gallina de los huevos de oro, jamón, jamón.
Otro pobre hombre, este orondo cantante, que no supo parar a tiempo, plantarse, mandarlos a todos al carajo o a tomar por culo, decir me niego en redondo de vez en cuando, no comer tanto, no tomar, de todo, tanto, no caer de bruces con la primer jovencita apetecible que se te pone delante tan amable y casualmente, que se ha enamorado la bendita, ha sentido un flechazo inenarrable, tu alma la ha imantado, a todo trapo y a primera vista, cuando tú ya estás, para más inri, para el arrastre, no actuar con cualquier mindundi o gran popero majadero a cambio de casi nada, no ser tan bueno y filantrópico y benéfico, Santa Tereso.
¿Y de la música qué decías... ?