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Pavarotti

Pavarotti
2019 Reino Unido
Documental, Intervenciones de: Luciano Pavarotti, Andrea Griminelli, Nicoletta Mantovani ...
6,9
650
Documental Documental sobre la vida y carrera del mítico cantante de ópera italiano Luciano Pavarotti (1935-2007), uno de los mejores tenores de todos los tiempos.
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Críticas 11
Críticas ordenadas por utilidad
12 de octubre de 2019
14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muy emotivo, llevadero e informativo documental biográfico sobre el tenor Luciano Pavarotti (1935-2007) -musicalizado con una banda de sonido que incluye gran cantidad de temas clásicos y populares- en el que prevalece largamente lo relacionado con su vida íntima y artística. El film discurre a lo largo de reportajes hechos a sus esposas -y una amante-, hijas adultas, promotores y artistas que interactuaron -o no- con él. Pero defecciona por la casi total ausencia de análisis crítico de sus interpretaciones, ya sea a cargo de sí mismo o por boca de terceros. Y es esto -a mi entender- un grave déficit a la hora de otorgarle mayor puntaje. (Cosa que no ocurre con el magnífico biopic "María, by Callas").
En lo personal, me resultó shockeante ver incluidas en "Pavarotti" dos de las tres situaciones en que estuve frente a él: 1) en el recital del Madison Square Garden de N.Y.; 2) al firmar autógrafos en la -ya desaparecida- Tower Records próxima al Lincoln Center de Manhattan, cuando por no querer permanecer horas en la cola de una gélida mañana invernal y lluviosa, entré al local a recorrerlo. Y de pronto, sin proponermelo ni esperarlo, dar vuelta a una columna y encontrarme frente a una mesa (sobre la que había un bol de frutas frescas) tras la cual estaba sentado a sus anchas una especie de mole sonriente llamada Luciano Pavarotti, quien -dado que poseo un curioso parecido físico consigo- me miró sorprendido, exclamando: -¡Ehh, tu sei ío!-; gracias a lo cual pude preguntarle cuando vendría a la Argentina. -¡Súpito!- me respondió (cosa que efectivamente ocurrió). Y 3) finalmente a su llegada a Buenos Aires; sentado en la cuarta fila de platea de un desbordante Teatro Colón donde representó La Boheme (Puccini). Un momento que atesoro entre las máximas emociones de mi vida de melómano, ya que al interpretar la famosa aria "Che Gelida Manina", "Il Tenore Italiano" estaba justo frente a mí, a menos de 10 metros... Aún hoy -35 años más tarde- resuena en medio de mi pecho su increíble voz... Ni antes ni después de eso oí nada parecido... Una maravilla que me satisface poder compartir con quienes lean esta crítica...
En síntesis, el documental es un buen producto que, de haberse abordado con mayor rigor estético, seguramente hubiese sido sido más profundo. Pero como tampoco es "light", lo encuentro recomendable. Tanto, como una vez finalizada la visión de este film recomiendo escuchar el dueto del acto II de "Un Ballo In Maschera" (Verdi) con Leontyne Price, final de la Gala de los 100 años del Metropolitan (disponible en Youtube).
Adrián Klas
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12 de enero de 2020
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Rom Howard nos ofrece uno de los más espectaculares documentos biográficos de los últimos años.Una película que emociona desde sus primeras imágenes en la selva amazónica en ese homenaje a la Ópera y a la voluntad que es el Teatro más atípico del continente americano. En su escenario y ante un público espontáneo Pavarotti da rienda suelta a ese gran talento que le hizo famoso alrededor del mundo.
Con los testimonios de familiares, amigos y compañeros de profesión junto a documentos visuales y sonoros rescatados de diferentes archivos privados, el artesano Howard nos va desvelando la vida del tenor que más ha hecho por popularizar el bel canto. Una voz prodigiosa y una personalidad cautivadora que con su simpatía y bondad se hizo querer por reyes y mendigos.
Sus relaciones familiares nos llegan de primera mano y sin tapujos, de manera elegante y caritativa con la estrella y con cada uno de los protagonistas de sus relaciones personales y profesionales. Especialmente interesantes son las declaraciones de sus representantes y productores que hablan abiertamente de cómo entre todos contribuyeron a la creación de un verdadero mito moderno. Domingo, Carreras, Bono, Metha...imágenes inéditas y otras muchas que fueron muy aplaudidas o criticadas en su momento porque evidencian la gran humanidad que había en este artista solidario y cercano.
Los Tres Tenores con su primer concierto en Las Termas de Caracalla nos ofrecen imágenes de un gran valor con las canciones que compartieron y que han quedado grabadas como un legado histórico.
Un documental extraordinario sobre un artista único.
LuisOrtiz
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16 de junio de 2020
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo afirma en su video casero que abre el film donde se define como artista, y como botón de muestra mi propia experiencia: La Navidad de 1990, fue mi punto de inflexión para empezar a amar la ópera, pues no tenía muchas nociones de ella y apenas le prestaba atención, pero una amiga me regaló el famoso disco de los 3 tenores en las Termas de Caracalla que como vemos en este documental, fue un bombazo tremendo al escuchar las arias y canciones tan populares que llegaban a todo el mundo. No era necesario ser un consumado experto para admirar la belleza intrínseca de la lírica. Los tres tenían una facilidad enorme para conectar con el público, aunque el que destacaba por su empatía era el más obeso y sonriente Luciano.

Hasta entonces, comulgaba con los tópicos: música elitista, burguesa, arte de minorías, etc. Quizás por las pocas oportunidades que en aquella época teníamos los de provincias de asistir a una representación operística. Hoy en día existen muchas más oportunidades y medios, ya sea en vivo, en salas de cine o televisión, para acercarse al arte total como afirmaba Wagner sobre la ópera, buena prueba es su tetralogía “El anillo del Nibelungo”. Pavarotti siempre se mostró abierto a popularizar el “belle canto", quizás banalizándolo a veces, aunque hay opiniones distintas. Alfredo Kraus era más ortodoxo y conservador, renunciando a esos macro conciertos, muchas veces algo estrafalarios. Por muy buen fin benéfico que se persiguiese, el tenor canario era muy reacio a ello.

El documento biográfico me parece correcto, su reconocida filantropía, sus clamorosos éxitos, aunque apenas toca sus fracasos como fue el film “Si, Giorgio” de Franklin J. Schaffner, tampoco nos aclara porqué su repertorio operístico fue tan limitado. El tema personal me parece acertado, pues no lo trata de forma morbosa, como hizo la prensa con su segunda joven pareja. Los personajes que participan como testigos tienen cierta relevancia algunos de ellos, otros no tanto. En mi opinión, el mejor ha sido Domingo, por su versalidad ha sido el más completo, su repertorio es muy amplio cantando todo tipo de personajes, idiomas y estilos operísticos, en cambio Pavarotti nunca se salió del repertorio italiano y los conciertos (And Friends) con estrellas del rock.

Tenía un timbre especial el sonido de sus cuerdas vocales. Destacable sus interpretaciones de personajes atormentados, su dominio absoluto de la escena y su técnica vocal. Sus óperas más célebres: Il Pagliacci, Tosca, El elixir del amor, Rigoleto, La boheme y Turandot. Una voz irrepetible y genuina además de su gran humanidad para ayudar a los desfavorecidos, es lo que me queda tras ver este documental. Finalmente me gustaría recomendar para los interesados, el disco doble recopilatorio, ”Tutto Pavarotti” del sello DECCA, donde aparece lo mejor del maestro de Módena.
EL ALBATROS
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6 de febrero de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Niño durante la Segunda Guerra Mundial, el pequeño Luciano comenzó su carrera de cantante en la iglesia y el gran Luciano dice aquí que su padre "tenía una voz fantástica, mejor que la mía", pero las circunstancias hicieron que se dedicara a ganarse la vida honradamente para mantener a su familia. Para Luciano el reconocimiento llegó rápidamente, estimulado por su debut en Londres en 1963.

Ron Howard reaparece tras su sensacional documental sobre los Beatles, con otro documento sobre la vida y obra del fabuloso cantante de ópera italiano Luciano Pavarotti (1935-2007), sin duda uno de los mejores tenores de todos los tiempos. Howard persigue con esta obra un genuino acercamiento a L. Pavarotti, y lo hace con gran admiración y en un tono afectivo, sobre todo a dos aspectos esenciales de su figura: el de tenor grande en su época y el de la persona que consciente tanto de su grandeza como de sus flaquezas.

Los amantes al bel canto pueden repasar sus principales éxitos y el valioso material de sus grandes momentos y de las arias principales que cantó en todos los teatros del mundo. Se dedica una interesante exposición a la capacidad importantísima de los tenores para alcanzar de manera confiable un Do de pecho. Se señala que la voz natural de un hombre es la de barítono, no un tenor, por lo cual poder negociar las octavas superiores es un talento relativamente inusual que debe ser arduamente cultivado. Y es aquí donde residen las glorias de gran parte del repertorio masculino de la ópera italiana, cuando aparece alguien con los dones de Pavarotti para los reinos celestiales que "hace vibrar tus oídos", como dice el director de orquesta Zubin Mehta.

El documental incluye a su persona, su historia, su relación con sus padres, con sus mujeres, con su amante y con las imposiciones del momento que le tocó vivir, incluidos capítulos difíciles para él. Es también un testimonio de su relación con otras músicas diferentes a la operística como el rock; también su colaboración con otros grandes cantantes de su nivel como José Carreras y Plácido Domingo, que actuaron juntos en los años noventa en lo que dio en llamarse “Los tres tenores”. En la película contamos además con el testimonio vivo de Plácido Domingo, lo cual le confiere al documento un peso específico y una enjundia mayor si cabe.

“La vida es demasiado corta”, dice con fuerza Luciano Pavarotti en un singular momento de su existencia y del documental, y su figura parece el ejemplo cabal de una vida plena: familia, éxito, dinero, el aplauso y la admiración del público. Y Howard, sin complicarse, construye su gran oda a uno de los cantantes de ópera más grandes jamás conocidos.

La película, lo que mejor capta es la incomparable voz del tenor y su capacidad de seducción, su sentido del humor y su afectuosa naturaleza, todo lo cual lo convirtió en un personaje sin par y en un artista querido y aclamado universalmente. Claro que para esto, Howard pasa de puntillas por los lados más espinosos de su figura: su mal carácter, su tendencia al divismo, su enganche al rol de celebridad o sus particulares relaciones con las mujeres jóvenes. Todo ello llevado por esa inclinación buenista de Howard de sugerir que todos comportamientos no eran sino extravagancias del genio, lo cual concluye en una imagen excelsa del gran cantante.

Excelente guion de Cassidy Hartmann y Mark Monroe y un raparto pródigo en celebridades o personas cercanas al tenor italiano como Andrea Griminelli, Nicoletta Mantovani, Bono, Angela Gheorghiu, Carol Vaness, Lorenza Pavarotti o Giugliana, y otros.

Una sucesión de fotografías, vídeos caseros y material audiovisual de archivo nos recuerda la incomparable voz del singular y talentoso Pavarotti; también cómo su irresistible carisma hizo de él una estrella admirada y querida. Ron Howard captura esta capacidad de seducción y su naturaleza afable, aunque siempre esconde aspectos no tan halagüeños.

Pero es de aplaudir este tesoro desbordante de imágenes, grabaciones y clips de archivo del tenor italiano por excelencia que hizo más por popularizar la ópera en la segunda mitad del siglo XX que ningún otro tenor. Es por esto que recibe un lujoso y festivo homenaje en este documental de Ron Howard.
Kikivall
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13 de enero de 2022
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otro pobre desgraciado, expoliado, arrasada el alma, atado, ball and chain, a la máquina eterna expendedora de dólares, a galeras a remar, a la familia, las amantes, los mánager, los representantes, todas las marcas, las mejores causas, las necias masas, todo ese tinglado o panoplia, tanta retahíla, con un comienzo en el mismo cielo, la bohème, para a partir de ahí, tras unos dignos y hermosos años, comenzar un descenso pronunciado, sin remisión, caída en picado, hasta el mismo infierno artístico, en progresión geométrica o dícese de recitales en la rural norteamérica, galas en los casinos como si fuera un vulgar Frank Sinatra o una pechugona Dolly Parton, retransmisiones de televisión, el horror, los tres tenores, vade retro, cuánto estropicio y/o desperfecto, conciertos benéficos, caímos muy bajo, que dios nos coja confesados, Lady Di, qué miedo, y ya en el último circulo del averno de Dante, lo más hondo del pozo, en las zonas abisales del océano donde no llega la luz y están pobladas de seres monstruosos que no tienen ni ojos, para qué, horror de horrores, rogándole, por qué, señor, nos mandas estas duras pruebas, a nada menos que a Bono, bueno, ni siquiera, a su criada italiana, este elemento pasaba descaradamente de él, no le cogía ni las llamadas, tanta afrenta, una canción, como si Mozart le hubiera suplicado una musical composición a Luis Cobos, igual, Jordan pidiéndole a José Antonio Montero que le enseñe a bailar el charlestón y, claro, que se nos muere de pena y un poco de vergüenza, no puede levantar ya la cabeza.
Y al documental le pasa igual, que comienza más o menos informativo e interesante hasta que se va enredando con las queridas, qué pelmas (casualmente las dos que aquí aparecen, imaginad el número real, las más, digamos, ejem, oficiales son o más o mucho más jóvenes que él, esos grandes amores que surgen en las mejores ocasiones, siempre te sorprenden, cuando menos te lo esperas, a ciegas, cupido y su magna tarea, nos gustan grandes y gordos, los hombres, claro), y ya desbarrancamos completamente con la segunda o más última y el tedio se hace el amo del cotarro, a quién le pueden interesar las banalidades más o menos emocionantes o terribles que ella cuenta con casi todo lujo de detalles*.
Imposible intuir o rescatar o comprender, no se rasga ningún velo, se hace más tupido y denso si cabe, algo verdadero o humano de semejante personaje más allá de la simpática fachada de italiano campechano y pícaro, de un hombre incapaz de decir no, demasiado ambicioso económicamente y, según se ve, las abundantes carnes, por ejemplo, le delatan, saltan a la vista, con muy poco control sobre sus instintos más primarios, esclavo de las más básicas pasiones que queda mucho más fino.
Y sí, cantaba como zeus, gloria en la tierra, alabado sea el señor.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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