Haz click aquí para copiar la URL
Rusia Rusia · Stalingrado
Voto de Ferdydurke:
3
Aventuras. Drama Superproducción sobre la historia bíblica de Barrabás, el criminal que fue indultado por Poncio Pilatos en lugar de Jesucristo. Su libertad significó, pues, la crucifixión del nazareno, hecho que lo atormentó durante el resto de su agitada vida, en la que antes fue preso y obligado a trabajar cómo esclavo en las minas de azufre para después convertirse en gladiador en Roma hasta por fin ser hombre libre y enfrentarse nuevamente a la muerte. (FILMAFFINITY) [+]
2 de abril de 2024
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
El ídolo de la ciudad. Rey de reyes. La vida nueva.
Importante (e insufrible) pestiño (de padre y muy señor mío) soporífero sombrío en el que la parte más destacada o interesante (salvable) es la risa psicopática de Jack Palance, gigante, grande, lo demás (bueno, no me quiero olvidar tampoco, seamos justos y necesarios, del eclipse total del corazón, hermoso, delator, y de la banda sonora machacona guapa que percute y juega, lírica tamborrada) deambula pedestre pesada aparatosamente entre la tortura turra (con saña mala baba) de la homilía a toda hora (qué cojones hice yo para merecer esto, qué pecado cometí al haber nacido) y lo grandilocuente de la superproducción extenuada agonística, me muero porque no (nunca) acaba, dios, qué cruz, qué carga, un cuento cruel y terrible en el que se narra el espantoso proceso de (demolición-aplastamiento) sometimiento de un hombre libre (malo), más o menos, por las fuerzas (pavorosas, qué miedo) del bien, atroz, descojonación, tormento, una vez más el individuo (oveja descarriada) es domeñado y conducido por la mediocridad miedosa bovina del grupo o manda manada, la masa, la mosca, por tanto, no ha lugar al espíritu humano, el cual es sacrificado (arrasado) en el altar de las paparruchas, en aras de los cuentos chinos, los impostores, los caraduras, los sinvergüenzas y los estafadores, las supersticiones, las anestesias, los tranquilizantes, las supercherías, las mendacidades, las niñerías, las bellaquerías, el bromuro, los vendemotos, los vendeburras, los del crecepelo, los milagreros, esa purria, esa morralla, todo sea para el pueblo y sin el pueblo, hostia bendita maldita.
Y sí, ademas, para nada, más de veinte siglos después lo podemos (no se puede) decir alto y claro, a los cuatro vientos gritarlo, el reino de los cielos no vino ni ha llegado (ni está ni se le espera, paradero desconocido, se busca, en combate desparecido, recompensa) y si sí lo hizo, Dios mío, que nos coja confesados, desgracia, tragedia, los machos agarra.
O, quizás, (no) sea (más que) la historia de un pobre hombre, de un idiota con todas las letras, chanza, joda, de un perfecto (y absoluto) imbécil que no da una a derechas, todas fuera, ni la o con un canuto, de baba, tonto, siempre en el lado equivocado de la historia, una (mala) brogma, un chiste (sin gracia), ejemplo máximo de la estupidez y la estulticia, de la inopia y la vergüenza (de haberse conocido), de la amoralidad (también) mal entendida, que nada entiende ni comprende y siempre sigue las falsas pistas, que oye campanas y nunca sabe dónde, que acaba, erre que erre, como burro de carga, la caga, como mamporrero, haciendo el ridículo, su sino, sin tino, sin nada, a ciegas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow