El gran combate. Preciso, sin excesos. Perfecto.
Y el gran amor como remate y recompensa.
Hay bastante detalles y aciertos de guion que la ponen por encima de la mayoría de películas de argumento similar y primario:
- El comienzo fabuloso: trompetas sonando y pelea en la basura, entre suciedad y miseria.
- Que Rocky sea un pequeño delincuente, sin oficio ni beneficio. Lejos de héroes demagógicamente proletarios o de insufribles niñatos universitarios.
- Que la amada sea "feúcha" y "autista".
- El ambiente cutre y "real".
- El "momento" (muy bien escrito e interpretado) de Burgess Meredith.
- El homenaje a Ali y Marciano.
- El estupendo entrenador de Apollo, que lo ve venir (el sempiterno "ya te lo dije yo"). Y el creíble promotor.
- Y, sobre todo, que ganen los dos: Apollo, el combate, Rocky, el poder y la gloria.
Y, para compensar, quizás le sobren dos escenas:
- La grotesca del horrible hermano (envidioso, egoísta, zafio, avaricioso, amoral, maleducado, grosero, insensible, estrepitoso... ) gritando desquiciado y borracho.
- El discursito de Rocky previo al combate ("no quiero ser otro idiota del montón", dice en una frase demasiado penosa y desafortunada, ya que asume los valores contra los que supuestamente lucha y se avergüenza de los que él representa: el orgullo de los humillados, el valor y la grandeza de los ofendidos. Pero bueno, quizás ahí esté la complejidad de la historia; su difícil clasificación, el que no sea tan maniquea u obvia como parece a primera vista. Otro asunto peliagudo sería el de las razas y las procedencias, negro rico versus italiano pobre; tratado de forma más sutil de lo que aparenta; sería una reivindicación de los italianos sin por ello atacar a nadie directamente; Apollo es más bien un símbolo del dinero, del negocio sin escrúpulos, de la molicie, frivolidad y corrupción de los adinerados, sea cual sea su raza. Aun con todo este trasfondo, todo queda supeditado a lo "importante": contar de la mejor manera posible una buena historia de aventuras, con un héroe y un amor.)
Muy bien rodada, sin cargar las tintas, con sobria e inspirada corrección. De las películas en las que hay mayor coherencia entre lo que se quiere contar y cómo se cuenta.