Sacha Baron Cohen y su particular manera de ver el mundo nos trae otra cinta de difícil crítica. Saldrás de la sala sin saber si es la mejor película del año o si es una mierda como una catedral, lo único que tendrás claro será que te habrás pasado hora y media sin parar de reír.

Humor absurdo, escatológico y de mal gusto, encantará a los seguidores de este tipo de películas (Borat, Bruno, Ali G), al resto, les hará gracia en momentos puntuales pero podrán rescatar el mensaje final "anti-americano" (no es exactamente eso, más bien contra la inoperancia del "gran" país).

El dictador es una película diferente, con cameos que realmente sorprenden y actuaciones aceptables. No apta para los que se ofenden cada vez que ven un tópico a la vista (activistas que no se depilan y demás despropósitos), si la ves sin prejuicios te divertirás y saldrás contento de la sala, sin saber realmente cómo valorarla, pero contento.

Tengo que hacer una advertencia visto lo visto en la sala de cine: esta película NO es para que lleves a tus hijos de 10 años una tarde al cine, NO es para que te lleves a la abuela que sufre del corazón y desde luego que NO es una película para ver en familia (en conjunto me refiero) porque igual salen escapados a la mitad. Increíble cómo parece que la gente no sabe qué es lo que va a ver cuando compra una entrada.