"Bielinsky demuestra una maestría narrativa infrecuente, precedida de un estupendo guión que conduce al espectador al territorio en el que los sentimientos apenas necesitan de la palabra para expresarse.” Con estos términos saludaba el crítico Ángel Harguindeguy (El País) la proyección de “El aura” en el 23 Festival de San Sebastián. Palabras que no puedo dejar de suscribir ya que el film de Bielinsky me ha parecido espléndido, con un Ricardo Darín prodigioso al que muchos ya ven como un serio candidato a alzarse con la Concha de Plata.
Un trabajo actoral espléndidamente secundado por Alejandro Awada, Dolores Fonzi, Pablo Cedrón y Walter Reyno.

El director y guionista nos hace vivir aquí la inquietante sensación de identificarnos, de ponernos en la piel de un antihéroe extraño, desagradable pero a la vez con un punto de atracción que nos llevará poco a poco a vernos implicados en un asalto que tiene mucho de revancha.

No sería conveniente ir a ver este filme con “Nueve Reinas” en la cabeza. En “El aura” las cosas debían ser de otra manera, con un lenguaje más contenido, más pausado (especialmente al comienzo), más frío, donde hay un juego muy interesante entre la realidad y lo que el personaje principal imagina. Tal vez resulte ser un cine un poco menos “popular” que el apreciado en la opera prima de Bielinsky, pero gana indudablemente en personalidad, en madurez, en cuidadas sutilezas.

Muy buen acabado técnico con un estupendo trabajo de cámara que sabe sacarle partido a las muy apropiadas localizaciones en la Patagonia.

Yo la encuentro muy recomendable ya que –volviendo a Harguindeguy-- “el filme se desarrolla con una creciente intensidad, una impecable realización y un progresivo interés.”

Notable.