Las buenas intenciones feministas afortunadamente quedan patentes desde el principio de la cinta antes de que la cosa vaya perdiendo fuelle y se convierta en un melodrama de resolución inverosímil. Asistimos a la conciliación laboral y familiar de esta madre divorciada. La exigencias por ambos lados son extremas y hay que tener la cabeza muy bien amueblada para conseguir un equilibrio vital al que a toda mujer se le suma el problema añadido del machismo y la sociedad patriarcal imperante. El conflicto de esta mujer astronauta es una minucia con el de millones de mujeres que no han dispuesto ni dispondrán de sus oportunidades. Pero valga como ejemplo. El problema es que una vez hecho el planteamiento, amenizado con las pruebas a las que se someten los astronautas, el asunto se enroca en sí mismo y los guionistas entre los que se encuentra la propia directora no parecen encontrar una salida aceptable. Al final optan por un desproposito cuya falta de credibilidad emborrona lo que entendemos y compartimos que pretende. Una lástima. Eva Green sin embargo consigue mantener  su personaje a flote.

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