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España España · MADRID
Voto de ELZIETE:
7
Thriller. Intriga Un asesino de niñas tiene atemorizada a toda la ciudad de Berlín. La policía lo busca frenética y desesperadamente, deteniendo a cualquier persona mínimamente sospechosa. Por su parte, los jefes del hampa, furiosos por las redadas que están sufriendo por culpa del asesino, deciden buscarlo ellos mismos. (FILMAFFINITY)
23 de febrero de 2015
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Penúltima película alemana de Lang en colaboración con su esposa antes de que Goebbels intentara reclutarle para la causa nazi ofreciéndole la dirección de los estudios UFA. Como es sabido el director salió por piernas dejándose en el camino a su esposa-guionista a la cual los nazis le caían más simpáticos.
Los crímenes y los monstruos se estaban poniendo de moda en la Alemania de estas fechas y Lang tuvo que plegarse dejando a un lado sus macro producciones por algo más "sencillito" y sobre todo barato, centrándose en el auge del recién estrenado sonoro. La idea original iba sobre el tema de misteriosos anónimos, cuando un articulo periodístico sacó a colación al asesino de la década de los 20 Peter Kürten que mató, entre otros, a varios niños en Düseldorff y que además le daba por beber sangre de sus víctimas. El juicio y su posterior condena coincidieron con el estreno de la película. Así pues cada cual que elija entre oportunismo, crónica social de la época o ambas.
El caso es que los 7 excelsos primeros minutos quedaran grabados indelebles para la posteridad fílmica. La utilización del sonido a través de la tonada (fragmento "En la gruta del rey de la montaña" de Edvard Grieg para la obra de Ibsen Peter Gynt) que silba el personaje de Lorre (por cierto doblado por el propio Lang), que no banda sonora, como leimotiv, las elipses narrativas de gran simbolismo, amén de la utilización de las sombras herederas del expresionismo, el picado del ciego de los globos, la espera de la madre..., constituyen un recital de un director en estado de gracia.
Lo que resta es otra cosa mucho más convencional. El ritmo se eterniza y la síntesis desaparece en la parte central con las alternancias entre las disquisiciones de la policía, sus modernos metodos y los miembros del hampa, la utilización de la grua se repite en exceso, el contrapicado al jefe de policía en su despacho sorprende por su mal gusto, la repetición de tomas de las distintas estancias de la fábrica...
El tramo final se ve redimido por la fotografía de Fritz Arno, el debate social sobre la justicia, el Lang amante de la arquitectura que asoma en la decoración de los escaparates y la pelín sobreactuada pero genial actuación de un Peter Lorre que le abrió las puertas de Hollywood y dió volumen psicológico a muchos futuros malvados de la pantalla.
ELZIETE
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