Comedia “rarita” dentro de los estándares del cine francés donde la palabra dicha, la oratoria o la elocuencia como se prefiera toma protagonismo. No es tan importante lo que se dice como como se dice. El habito si hace al monje. Un discurso con el que uno no esta muy de acuerdo aunque en la práctica lo veamos a diario y las apariencias nos engañan continuamente para bien y para mal.

No obstante y aunque la cosa ande un poco confusa, se agradece la variación temática. El director y actor francés de origen israelí casado con la cantante y actriz Charlotte Gainsbourg acumula una filmografía discreta en la que esta cinta no aporta un cambio sustancial. La diferencia de clases y el racismo están subyacentes pero lo que mejor funciona es la empatía que nos provoca Camelia Jordana, una mujer que nada a contracorriente para desarrollar todo su potencial sin perder sus orígenes y sentimientos. Daniel Auteuil tan eficiente como siempre.

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