Después de un inicio arrollador hace ya más de un década con "Juno" y "Up in the air" el cine ecléctico de Reitman sin dejar de ser siempre interesante ha ido decayendo sutilmente lejos del listón de sus inicios. El director viene  alternando adaptaciones de novelas con guiones originales con desigual acierto. En este caso repite por tercera vez con "Diablo Cody", la guionista que saltó a la fama con "Juno". De alguna manera "Tully" es el reverso de la moneda de la historia de la adolescente que se quedó embarazada en "Juno".  Ahora el personaje encarnado brillantemente por Sharlize Theron, tiene tres hijos y un marido presencial, depresión no solo postparto y sus alarmas existenciales se ponen a aullar como locas en busca de un plan b de emergencias.

La fabula preñada de feminismo, es original y se sostiene gracias a la buena química de las interpretaciones de Theron y Mackenzie Davis. No creo que fuera imprescindible que Theron engordara casi 24 Kg para reflejar el abandono y el deterioro físico de su personaje. Ya lo hizo en "Monster" (2003) para demostrar sus dotes como actriz.  El halo de misterio que sazona la narración se ve desvirtuado por algunos subrayados innecesarios de su último tramo mediante los siempre arriesgados flashback y un final tibio que no está a la altura de la propuesta. Sirva como concienciación y denuncia en esto tiempos de visibilidad sobre la discriminación de género.

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