Amén del notable y solvente reparto masculino y femenino, casi que su mejor baza, "El gran baño"deja cierto poso y funciona como una metáfora esperanzadora, un creer en lo que parece imposible ante un panorama realmente trágico y desolador como es la profunda herida que no deja de sangrar sobre un colectivo, en este caso masculino que se ve golpeado por la crisis económica, la imparable revolución tecnológica e incluso de rebote el empoderamiento femenino (no lo critico, al contrario) que conlleva que el hasta hace poco "rey de la casa" y "macho alfa proveedor" se vea desplazado cuando no arrinconado y olvidado a un futuro inseguro y siempre precario.

Gilles Lellouce, actor, guionista, dirige con desaliño su segundo largo con un guión a tres manos por momentos errático y siempre previsible que el elenco se encarga de sacar a flote y nunca mejor dicho. Al final nos deja un regusto agridulce en lo emotivo y una cierta decepción porque la idea tenía potencial para una mejor película.

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